El establishment financiero espera que Argentina sufra una crisis "colosal", similar a la ocurrida entre 1998 y 2002, hasta ahora la más grave de la historia económica local. Así, los principales bancos comerciales y de inversión del mundo empeoraron, y mucho, la proyección de la caída del PBI argentino en el 2020: será de 9,7%, según un informe del Institute of International Finance (IIF), la asociación que los nuclea. Se tratará, además, del peor desempeño de la región, que en promedio caería 7,5%.

El informe publicado ayer por el IIF señaló en tono catástrofe: "La continuidad de la crisis global va a tener impactos de largo plazo, sobre todo en aquellos países de América Latina que ya llegaron al problema con una lucha por lograr crecer. En Argentina, el Covid-19 golpeó de lleno cuando la economía apenas había conseguido estabilizarse, tras la crisis financiera que sufrió en 2019. La pérdida acumulada del ingreso va a ser colosal y comparable a la que se registró entre 1998 y 2002, cuando una serie de shocks financieros llevó a un período de varios años de contracción del producto".

De hecho, si se confirmara una caída de 9,7% en el PBI durante el 2020, número que está en línea con las proyecciones de varias consultoras como LCG, Grupo SBS y Cerx, la contracción acumulada desde el 2018 sería de 13,8%, tras las bajas de 2,5% en 2018 y de 2,2% en 2019. Según los datos del Indec, la caída entre 1998 y 2002 fue de 18,3%.

Con todo, a partir de la segunda mitad del año habrá cierto rebote, según la proyección publicada por el IIF, en un informe acerca de la gravedad particular de la situación que les toca enfrentar a los países de América Latina, con una importante salida de capitales hacia la "calidad" y caída de precios de commodities.

De esa forma, mientras que en el primer trimestre el Indec ya registró una caída de 4,8%, para el segundo período del año el IIF proyecta una contracción aún más fuerte, de 9,2%. En cambio, en el tercer trimestre habría un rebote parcial de 3,2%, que continuaría en el cierre del año con otra mejora de 3,8%. Se trataría de un repunte parcial e inferior al esperado por los economistas de la city, que proyectan una suba de 4,8% en el tercer trimestre, según el promedio de las respuestas publicadas en el último REM del BCRA.

Con todo, en la segunda mitad del año apenas se lograría cortar una parte de lo perdido en el trimestre actual. La línea que compara las recesiones históricas muestra que la actual, que arrancó en el 2018, viene siendo mucho peor que la que se inició en 1998. La diferencia reside en la esperanza del rebote proyectado a partir de julio. En el cierre del siglo pasado, en cambio, la caída recién empezaba.

El IIF tiró para abajo la proyección para toda América Latina, por la fuerza con la que el coronavirus se está expandiendo en la región, la caída de los commodities, también reflejada esta semana en el informe de comercio exterior publicado por el Indec, con una pérdida de USD155 millones para el país, y el vuelo hacia la calidad de los flujos financieros.

Aún así, Argentina lidera la tabla de posiciones de los que más perderán en lo productivo. Las proyecciones siguen empeorando en la medida en que la cuarentena se prolonga en los principales centros urbanos y a la par de unos números oficiales que llegaron a sorprender hasta a los más pesimistas, tal como ocurrió la semana pasada con la publicación del desplome de 9,8% desestacionalizado en marzo, según el Emae del Indec. Si una cosa se sabe, teniendo en cuenta que la cuarentena duró sólo 11 días en marzo y 30 en el mes siguiente, es que abril será peor.