El médico oriundo de Reconquista pero radicado hace muchos años en Jujuy, Augusto Ittig, se refirió a la situación en esa provincia y en el resto del país ante la pandemia de coronavirus que sigue asolando al mundo.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Ittig sostuvo que la situación en Jujuy “está en una meseta que puede generar en cualquier momento un rebrote, pero ya van dos semanas de una pausa del infierno que se vivió lo cual tiene un lado positivo que da tregua y descanso al personal sanitario para que se reponga”. No obstante, marcó que “por otro lado, relaja un poco a la población que está cansada, agobiada, queriendo salir, no solo para producir sino por el instinto natural de reunirse, lo cual causa los problemas porque en la reunión no hay respeto del distanciamiento, del uso de barbijo y se reinfecta la sociedad”.
Advirtió que “los rebrotes que hoy se ven en Europa van a llegar al país porque es un comportamiento viral. El virus sigue buscando huéspedes hasta infectar a la última persona, salvo que antes haya una vacuna”. “No sé cuándo pero vamos a tener un rebrote, porque cualquier virus, como el de la gripe, busca huéspedes y va contagiando, lo seguirá haciendo en una segunda ola, una tercera y una cuarta hasta que inmunice al planeta o aparezca antes una vacuna”, describió.
“El problema de este virus es que es muy contagioso y seguirá avanzando, es un gran ocupador de camas: ocupa más camas que cualquier otro tipo de enfermedad infectocontagiosa que haya visto en mis 34 años de médico; es la primera vez que veo como colapsa u sistema sanitario y puede hacerlo de nuevo. Y si bien hay un porcentaje realmente bajo de letalidad, al haber tanta cantidad de contagiados el número total termina siendo importante”, analizó.
En este contexto, planteó que “hay mucha gente on patologías coadyuvantes que antes de esta pandemia no estaba condenada a morirse y ahora por infectarse se puede morir, y por otra parte hay muchísima gente infectada, enferma y que ha fallecido entre el personal de salud”.
En otro orden, explicitó que “al ser una enfermedad parecida a una gripe se pensaba que podría tener que ver con lo estacional, y al llegar el verano comienzan a disminuir, y con este virus no solo que no pasa eso sino que el verano genera mayor contacto social y el virus se distribuye más”. Ante ello, sostuvo que “en esto hay que ser muy dinámico y flexible, en medio de la pandemia los protocolos médicos que se han desarrollado son cosas que nunca en la vida pensábamos que podíamos hacer, y si hay algo que nos ha enseñado esto es a ir todo el tiempo ajustando, admitiendo las equivocaciones y corrigiendo errores”.
Consultado por la posibilidad de desarrollar el turismo en la temporada de verano, estimó que “si alguien viaja con la familia y se enferma, tendrá síntomas, contagiará al resto, y se tendrá que aislar entre 10 y 14 días, y esas serán sus vacaciones”.
En cuanto a la problemática de las reuniones sociales, sostuvo que “el problema es el ser humano, que es un ser social y que lleva siete meses de encierro y tiene un síndrome de abstinencia por reunirse con lo cual prohibir exacerba aún más la abstinencia, pero otro lado la población se tiene que hacer cargo de lo que hace”. “Creo que no habría que prohibir pero hay que decirle a la gente que será responsable de la difusión de la infección y de ese modo será corresponsable del colapso del sistema sanitario. El problema final es que cada uno puede hacer lo que quiere pero cuando el virus impregna a la sociedad, no hay sistema sanitario que lo soporte, no hay médicos que alcancen a dar la atención para todos, y hasta no hay oxígeno para mantener respirado a un paciente grave durante tres semanas”, concluyó.