Por Juan Cruz Butvilofsky

(De ANÁLISIS)

Fue extensa la cuarta jornada en el marco del juicio Varisco/Celis en el Tribunal Oral Federal (TOF). El testimonio de 3 integrantes de la Policía Federal Argentina (PFA) y algunos planteos de los abogados defensores hicieron que la audiencia de martes se extienda en un plazo de alrededor de 6 horas en el salón de la Cámara Federal de Apelaciones, donde acontece uno de los juicios más importantes por narcotráfico de los últimos tiempos en la provincia.

Los testimonios de Gonzalo Alexis Mendoza, Gustavo Pérez e Iván Rocha relataron su intervención en los expedientes que el TOF está juzgando en conjunto. Los tres testigos reafirmaron los lineamientos expresados por el comisario Víctor Chanenko, extitular de la delegación Paraná de la PFA que estuvo a cargo de una primera parte de la investigación. En general, los tres agentes no sólo coincidieron con Chanenko si no que mostraron coincidencia entre sus propios relatos.

Los ánimos se caldearon por momentos ya que algunos abogados defensores realizaron planteos poco claros como así también hubo enojo por parte de otros representantes defensivos para con el Tribunal: “Están visiblemente enojados cuando pregunta la defensa”, les arrojó uno de los abogados Rubén Pagliotto a los integrantes del Tribunal. Acto seguido fue uno de los magistrados, Roberto López Arango quien le respondió: “Usted se la pasa haciendo gestos, al igual que Bordeira y eso perturba la audiencia. Se lo quería decir”. El abogado defensor del intendente también se mostró enojado por la situación, aunque luego la jornada retomó por los carriles de la normalidad.

Una conversación entre Bordeira y Hernández

Mendoza, el primer testigo que compareció ante el TOF este martes, fue el secretario de Chanenko durante la etapa que el comisario llevó adelante la investigación. Durante toda su testimonial lo fueron interrogando respecto a las diversas pruebas que constan en el expediente y cada abogado defensor le preguntó respecto a sus representados.

En ese marco, uno de los datos que aparecieron como clave de lo que Mendoza expresó fue la referencia a un dialogo de Whatsapp que hubo entre Bordeira y Hernández, al cual los agentes de la PFA accedieron mediante la intervención del teléfono de la funcionaria municipal. El mismo es del 14 de febrero del 2018 a partir de las 16.40 horas:

-Hernández: La idea es juntar militantes, vecinalistas, peronistas junto a Sergio.

-Bordeira: Que cara dura que sos, no te olvides del vecinalista Celis. En Julio empieza el juicio, ahí vas a tener el cartel, yo no me voy a olvidar de vos. Vos y Sergio metieron la droga en el partido. No te olvides.

-Hernández: Yo no sé qué te pasa, yo no metí nada.

-Bordeira: ¿No?

-Hernández: Sabes muy bien que no, si estás enojada enojate con quienes tengas problemas.

El testimonio de los actores que investigaron

Luego, el testimonio de Mendoza no distó mucho de los otros dos testigos de la PFA quienes relataron que la investigación comenzó con una denuncia anónima respecto a un hallazgo de droga en el barrio Paracao de la ciudad de Paraná y que la decisión de la PFA fue no intervenir ante casos de menudeo si no tener la prudencia para avanzar más arriba en la jerarquía narco. Esa denuncia inicial involucraba a un tal Cebolla como chofer del camión municipal que descargó la droga en calle los Alemanes del Volga. La investigación logró determinar que se trataba de Carmelo Leguizamón, director de la Unidad Municipal Nº2 y uno de los hombres del entorno de Celis.

A partir de esto es que se da con el contacto de Daniel Tavi Celis a quien se le interviene el teléfono tras observar las comunicaciones fluidas que tenía con Leguizamón. Según Mendoza, a medida que transcurría la investigación “se probaron relaciones con (Miguel Ángel) Titi Celis, se probaron relaciones con (Cristian) Silva y a medida que se iba recolectando información se avanzó con la investigación y realizando intervenciones telefónicas que permitieron identificar a las personas que se relacionaban entre sí”.

Según los testigos, Tavi Celis manejaba un grupo distinto al que manejaba su hermano Titi Celis y que ambos comandaban la situación. “De las comunicaciones se pudieron determinar movimientos o acciones que violaban la Ley de Drogas y se iba poniendo en conocimiento al Juzgado Federal”, agregó Mendoza.

Por su parte, Pérez expresó que participó del allanamiento a Leguizamón y remarcó que en dicho procedimiento surgió la aparición de un auto Volkswagen New Beetle que terminó por ser propiedad del Tavi Celis: “Al auto lo habían visto antes de que llegue el camión municipal y después lo vimos en el domicilio de Daniel Celis pero creo que lo manejaba (Luciana) Lemos al auto”. Rocha confirmó lo dicho por sus antecesores y aportó que Daniel Celis “tenía contactos con gente de Misiones y Corrientes”.

Los tres coincidieron en que una vez detenido Daniel Celis en Diamante por el robo a la estancia “El Retiro”, quien cobró mayor jerarquía en la banda fue Miguel Ángel Celis. De hecho, fue justamente el hermano del Tavi el que tuvo la tarea de coordinar en libertad la logística para el aterrizaje de la avioneta Cessna que fue interceptada por la PFA en el campo de Colonia Avellaneda propiedad de los hermanos Ghibaudo.

Hubo varios procedimientos previos pero los investigadores estaban a la espera de dar el gran golpe ya que sabían que se estaba planificando un gran desembarco de estupefacientes. Comenzaron a observar como Sergio Baldi y Marcos Velázquez eran los encargados de conseguir un campo donde se pueda montar una pista clandestina por diversas localidades del interior de la provincia. Sin embargo, tras varios intentos frustrados apareció Luis Céparo como el encargado de conseguir el terreno ideal para el plan.

Fue Céparo el vínculo entre la banda de los Celis y los hermanos Ghibaudo que poseían dos campos: uno en los alrededores de María Grande y otro en Colonia Avellaneda. En un principio el campo destinado era el que estaba detrás de las Termas de María Grande. “(Daniel) Celis se comunicaba con personas que estaban en María Grande, cuyas comunicaciones se localizaron a través de las antenas. Llegamos a localizar el terreno, tuvimos vistas fotográficas, donde se visualizaban señalizaciones, palos con papeles o cintas que señalizaban una presunta pista clandestina de aterrizaje. Ahí empezó a surgir el abastecimiento de droga por vía aérea”, expresó Mendoza.

“Se dispuso que personal especializado del GEOF de manera oculta vigilaran el domicilio y en el caso de que aterrice se contaba con las ordenes de requisa. Estuvieron aproximadamente dos meses ocultos en las malezas. Durante estos dos meses pasaron muchas lluvias y tormentas en la zona y el terreno se ablandó y no podía descender la avioneta. Por ese motivo deciden que la avioneta aterrice en  Colonia Avellaneda, próximo a la balsa”, agregó Mendoza que también recordó que Miguel Ángel Titi Celis concurrió al campo de María Grande junto a Céparo y el piloto de la avioneta, conocido como El Cordobés.

El secretario del comisario fue quien participó de la intercepción de la avioneta en el campo de los Ghibaudo ya que el GEOF estaba en María Grande: “El día que aterriza la avioneta, estábamos apostados en las inmediaciones y vemos pasar una camioneta que habitualmente conducía (Patricio Facundo) Larrosa que fue a la balsa y después hacia Paraná. Luego de que la camioneta se retira de la zona, se comunica a través de un mensaje a un número del norte, no sé si de Corrientes, donde se informaba que estaba todo tranquilo en los alrededores. Entendemos que se referían a que no había policías y que se había hecho un control previo para que puedan aterrizar la avioneta sin que haya intervención de las fuerzas de seguridad”.

Los tres policías coincidieron en que vieron sobrevolar la avioneta desde la costa del arroyo Las Conchas y que se dirigieron hacia el campo de los Ghibaudo. Una vez que llegaron allí, interceptaron a la banda cuando ya habían descargado los 317 panes de marihuana (más de 400 kgms) a una de las dos camionetas que estaban alrededor de la aeronave. En la otra camioneta, propiedad de los hermanos Ghibaudo, se halló una manguera que según los policías era para cargarle combustible a la avioneta y que pueda retornar a su lugar de origen.

La jornada también tuvo la primera declaración indagatoria, de Cristian Javier Silva, que pidió ejercer su acto de defensa pero de modo acotado a un punto en particular de la investigación.

Las audiencias continuarán el próximo lunes a partir de las 10 de la mañana con los testimonios de Carlos Alberto Frías, Joaquín Truffe, Guillermo García y Ariel Tridente. El testimonio de Frías aparece como clave ya que fue el encargado de la escucha y desgrabación de todas las comunicaciones que se obtuvieron por orden judicial.