El abogado de Gualeguaychú, Darío Carrazza, analizó el desarrollo del trabajo judicial en este 2020 atravesado por la pandemia.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Carrazza sostuvo que en la pandemia la tarea de la abogacía “tuvo momentos de muchas dificultades, de encierro, muy claustrofóbico en los primeros meses de la cuarentena, y después se abrió una ventana a lo informático que produjo una evolución muy importante en el trámite judicial, y aunque parezca mentira aumentó la velocidad de los trámites judiciales porque pareciera que la pantalla intimida más que el papel al burócrata, que es quien trabaja detrás del escritorio judicial”.

Además, advirtió que “por ahí preocupa un poco la falta de seguridad de todo este sistema virtual, porque los escritos que presentan los abogados no tienen la firma del cliente y hay cosas bastante delicadas que pueden dar lugar a sorpresas desagradables” y por ello consideró que “hay que trabajar más en la notificación electrónica desde el punto de vista de la responsabilidad, desde el punto de vista de quien está de acuerdo o quien está firmando algo”.

En cuanto a las críticas que efectuó la Sala Penal del STJ hacia el llamado a concurso de jueces de Garantías, Carrazza dijo desconocer “el contexto de este concurso en sí” y analizó: “Soy jurado para temas penales del Consejo de la Magistratura e intervine en otros concursos, pero no sé en qué punto están estos concursos. El Consejo de la Magistratura es un organismo que tiene encomendado trabajar en la selección de los jueces y a ese fin convoca a personas de distintos ámbitos como son el ámbito académico, el ámbito de la abogacía y de los magistrados y allí parece que hay una observación en cuanto a la cuestión de los nombramientos, que es válida porque no se hace una imputación hacia las personas sino que es más una crítica a la previa de cómo se eligen a los catedráticos”.

“También hay cuestiones presupuestarias de por medio que el Consejo de la Magistratura las maneja de una manera bastante rudimentaria y tiene mucho que ver con la disposición de las personas que vayan a realizar ese trabajo, sobre todo los externos no los magistrados. A veces hay una limitación de disponer de recursos para eso, tal vez sea eso o un tema de disposición personal. A criterio de la Sala Penal tendría que haber un sorteo o un listado por orden de participación. Tampoco se hace una imputación personal a la representante de la magistratura, que es la doctora Goyeneche”, planteó el abogado, que resumió que “son puntos de vista de la Sala Penal que es el tribunal cúspide, más alto de la provincia”.

Sobre el rol actual de la Sala Penal con el nuevo sistema acusatorio, Carrazza consideró que “le ha mejorado mucho la calidad de vida al Tribunal, no a los vocales en particular, porque cuando era Sala de Amparos y Tribunal de Casación estaba muy cargado de causas. Hoy es un lugar distinto, que tiene el reconocimiento de ser la última instancia extraordinaria dentro de la provincia. El diseño recursivo nuestro es demasiado engorroso, hay demasiados recursos, y eso demora la realización de la Justicia”.

Justicia, política y poder

En otro orden de cosas, analizó que “siempre hay un vínculo entre justicia y política; el Poder Judicial es un poder del Estado, público, político, y si bien no es de la misma manera partidista que los legisladores y el gobernador, está atravesado de alguna manera, y esto sucede en el mundo”.

Ante esto, opinó que “lo que hay que tratar es que las cosas se hagan con determinada calidad y determinado nivel” y ejemplificó que “cuando Alfonsín eligió en su momento a los cinco miembros de la Corte, ninguno era de su partido. Lo que se ve ahora con preocupación a nivel nacional es que se ponen en el centro de la agenda cuestiones personales de la vicepresidenta o de funcionarios, e incluso ministros o funcionarios de alto rango en funciones atacan a la Corte Suprema, lo cual es muy bananero, es de muy baja calidad institucional y es muy negativo”.

En ese sentido, refirió que si bien estas críticas no hacen mella en la Corte “no está bueno que suceda porque son cosas que van mellando. Frondizi aguantó muchos planteos militares hasta que uno lo derrocó; los argentinos tenemos un autoritarismo muy grande, desde el que maneja un auto hasta el que tiene poder, y por eso hay que trabajar esas cosas y tratar de bajarle los decibeles”.

En cuanto a la figura de Alberto Fernández, indicó: “Lo veo al presidente muy desdibujado, sin arbitrar, lo veo corriendo atrás de la interna de su propia coalición sin una capacidad de liderazgo, que la tuvo al principio de la pandemia cuando aparecían distintos líderes políticos juntos, y allí parecía que liderazgo mata grieta pero no fue así”.

“La grieta es lo peor de nosotros, es la peor catástrofe de la Argentina actual, esa visión maniquea de las cosas donde sí lo hizo uno está bien pero si lo hizo otro está mal. Que el presidente se vea desdibujado es un problema para los argentinos porque es un país presidencialista y necesita de la imagen presidencial. La palabra presidencial se ha degradado mucho y eso es un problema para todos, no solo de Alberto Fernández. Por eso aspiro a que a la gente que está ahí le venga alguna inspiración, alguna vergüenza o algo que los lleve a reconstruir esta institucionalidad, porque a los argentinos la pérdida de la institucionalidad nos ha costado vida, sangre, cultura y un montón de cosas más”, definió.

Juicio por jurados

El abogado recordó que siempre fue “defensor del Juicio por Jurados”. “Además está en la Constitución del ‘53 y siempre tuvo un problema cultural de falta de fe en el pueblo, un problema de la cultura jurídica argentina de desconfiar de la capacidad resolutiva de las personas”, explicitó.

“Está bueno y es importante que se transite esta senda porque es una manera de participación popular, de democratización del Poder Judicial y esas cosas traen alivio a la población que siente que puede influir de una manera positiva. Está mal que la población espere obtener ventajas o dádivas del Estado y con esa perspectiva tolere dádivas que se le dan a otros, lo bueno es poder participar de la realización de las tareas del Estado que es destinada a todos los habitantes”, concluyó.