De ANÁLISIS

Se desarrolló en el Salón de Actos del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Entre Ríos la tercera jornada del jury al juez de Paz de Gualeguay, Sebastián Salem. Este miércoles pasaron otros 7 testigos que fueron convocados por la defensa del magistrado y, posteriormente, Salem ejerció su derecho de defensa: “La estoy pasando mal, me siento muy vapuleado”, dijo el juez acusado por violencia de género, hostigamiento y maltrato laboral. En total declararon 27 personas ante el Jurado de Enjuiciamiento que preside el senador de Concordia, Armando Gay (Frente Creer), y el magistrado.

Durante la primera jornada que fue el lunes, testimoniaron la secretaria, Sabina Almada, y la escribiente Carolina Almeida. Ambas refirieron a situaciones puntuales y describieron el mal clima laboral en el Juzgado de Paz. Puntualizaron sobre las denuncias que hicieron por maltrato y discriminación por razones de género y la sobre carga laboral. Los relatos que siguieron ese día fueron en el mismo sentido.

En cambio este martes y miércoles tuvieron la oportunidad de deponer casi 20 personas en favor de Salem quien, junto a su abogado Ladislao Uzín Olleros, siguió con atención todo lo que se dijo en el salón.

Cabe señalar que el Jurado de Enjuiciamiento es integrado por los jueces Daniel Omar Carubia, Marcela Davite, y Guillermo Bonabotta; el diputado provincial Gustavo Zavallo (Frente Creer-Viale); y los representantes del Colegio de la Abogacía, Luis María Campos y Sonia Rondoni. Y por el Ministerio Público Fiscal participa el procurador General Jorge Amílcar García.

El debate se retomará este jueves a las 9, con los alegatos de las partes.

Salem y su abogado Ladislao Uzín Olleros. (Foto: Poder Judicial).

Jury: testigos de la defensa declararon a favor del juez Sebastián Salem

“Esta mujer te hace pedazos en todos lados”

Tales fueron las palabras del juez Sebastián Salem al concluir la producción de prueba del jury en su contra. Declaró este mediodía tras escuchar casi una treintena de personas que se sucedieron desde el lunes hasta este miércoles. “La estoy pasando mal, yo también he ido a psicólogos y psiquiatras. Me siento muy vapuleado”, sintetizó casi al final de su alocución.

Salem aseguró que su trato con los empleados del Juzgado fue “normal”. “Creo que en cualquier lugar hay intercambios entre un jefe, la secretaria y los empleados. Con José Luis -González, el ordenanza que también declaró en su contra- jugamos juntos hasta al fútbol”, señaló. Dijo que el volumen de trabajo era significativo en el Juzgado, y que las personas que iban a los tribunales gualeyos llegaba al Juzgado de Paz porque no había mesa de entradas y el Juzgado estaba al frente del edificio.

“La secretaria Almada dijo que no hacía las estadísticas cuando estaba en Colón. Pero esa era una tarea de ella, cuando me planteó le dije que el técnico informático la ayudaría. Finalmente lo pudo hacer y cuando no estaba ella se hacía en mi computadora. Cuando se quejó por la estructura del edificio me ocupé de eso. Iniciamos trámites ante el Superior y nos reubicaron”, afirmó.

En cuanto a los expurgos de expedientes, marcó que fue una orden del STJ. “Muchos expedientes tenían 40 años y no estaban ni cargados al sistema. Estaban en un armario en el patio, había que cargarlos al sistema. Se molestaron porque estaban sucios. Pero el tema de los ratones no me consta. No puedo afirmar eso”.

Agregó que cuando inició 2020, Almada “comenzó a pedir licencias desde febrero consecutivamente hasta 27 de mayo”. “Licencias psiquiátricas emitidas por un galeno que con mi defensor después advertimos que no estaba habilitado para eso. En marzo pidió traslado a mis espaldas, pero no la aceptaron no sé por qué motivos. En abril, a instancia de jerarquía había que hacer un informe sobre su desempeño y lo hice negativo. Es que no atendía al público, lo hacía de mala manera, en más de una oportunidad hablaba por teléfono y no atendía a la gente. Ese informe negativo motivó la denuncia por violencia de género. Hacía salidas intempestivas, se iba a fumar al patio y la gente quedaba esperando su firma”, contraatacó.

“Fueron momentos complicados. Después de esa situación, el STJ decidió abrir una amplia información sumaria. Fui en carácter de testigo y me terminaron imputando. No entendía, es nula la situación. Seguí adelante y cuando la hicieron volver a Almada porque se agotaron sus licencias fue para peor. A partir de ese momento todos los errores, pequeños e involuntarios me los atribuían a mí. Era molesto vivir en discordia. Me ofenden, las sentencias no son un corte y pegue. Me ofenden diciendo que no servimos, y que copiamos y pegamos. A mí me confirmaron todas las sentencias, no tengo pedidos de nulidad, no tengo denuncias. La estoy pasando mal, he ido a psicólogos y psiquiatras, me siento muy vapuleado”, subrayó.

De inmediato agregó: “El pueblo de Gualeguay me eligió, el gobernador me confirmó. Me da impotencia porque jamás la agredí. Y sobre la denuncia de Carolina Almeida, la tuve cuando era una estudiante. Tuve también a su hermana, al novio de su hermana. Me denunció por un acta para salir al exterior que estaba mal confeccionada, se ofendió. Yo cumplí con todos los requisitos que me ordenaron, hice la capacitación de la ley Micaela y me suspendieron, ahora estoy en mi casa con angustia. Comenzaron a difamarme en todos lados, esta mujer te hace pedazos en todos lados”.

Marcó después que Almada solicitó traslados que no aceptaron en otras jurisdicciones. “Reconozco que pude cometer errores involuntarios por la presión, pero inmediatamente los subsanábamos. Eso me generaba estrés porque eran errores tontos. A todo le di normal funcionamiento. Gualeguay es chico, nos está mirando todo el mundo. Me angustia la situación pero tengo la conciencia tranquila y creo que me avalaron 18 abogados”.

Refirió nuevamente al empleado de ordenanza y dijo que “José Luis es muy bueno”. “Ayer terminó diciendo que yo lo mandaba a comprar anticonceptivos. Eso es mendaz, ladino, falso. Estoy muy dolido. No puedo dormir de noche. No es gratuito todo esto que estoy soportando. Aspiro a volver a mi lugar de trabajo. Los últimos dos años fueron terribles, la pasé muy mal”, remarcó.

El procurador García lo consultó sobre el informe negativo que le hizo a Almada. “Por eso me denunció. Amplié ese informe, contando que tenía por ejemplo errores al librar oficios sin sello y firma. Emitió cédulas a la Caja Forense por tasas impagas para profesionales que no intervinieron en causas, esos son errores subsanables. Pero me preocupaba la no atención a los abogados, no atendía la mesa de entradas”.

Tras la pregunta admitió que había “84 expedientes que estaban en el estudio del Dr Mackay”. Después fue indagado por las denuncias que presentó en contra de Almada. “No la denuncié a ella sino que denuncié la irregularidad que observé en dos expedientes. No la acusé a ella. Los dos fiscales que tomaron esas denuncias consideraron que no había delito”, le contestó al procurador y concluyó.

Juez de Paz de Gualeguay, Sebastián Salem.

Jury a Salem:una empleada tuvo un brote por estrés y otra no se animó a contar su embarazo

Los últimos testigos

Antes que ejerza su defensa el juez de Paz acusado por violencia de género en el ámbito laboral, pasaron los últimos testigos convocados por la defensa. De ese modo se escuchó a los abogados Alberto Ramón Lesca; Lautaro Varisco; Francisco Perié; Ángel Santiago Sap; Raúl Berisso; Luis Mackey; y Jorge Guercovich. Al igual que este martes, todos estuvieron de acuerdo en el buen concepto profesional y laboralmente de Salem.

“No me consta ninguna de esas conductas”, dijo Lesca cuando le preguntaron si había visto o conocía alguna conducta discriminatoria por parte de Salem para con las mujeres. Dijo después que integró la terna para titularizar en el cargo en 2018 porque fue considerado idóneo para el puesto que venía desempeñando como interino. Lesca fue uno de los tantos abogados de Gualeguay que suscribió una nota quejándose del desempeño de la secretaria Almada, pero no tuvo ningún incidente personal con la mujer. “La suscribí pero no pasó por mis sentidos complicación alguna. A la nota la suscribí, tenía comentarios que estaba funcionando mal”.

Lautaro Varisco, escribiente en Poder Judicial trabajó en 2013 en Gualeguay, cuando el Juzgado de Paz sólo estaba conformado por varones. “El doctor -por Salem-, su trabajo era efectivamente las sentencias o recibir a profesionales. Cuando había más exigencia él y Gonzáles –ordenanza- se sumaban”, contó.

“Tengo mucho trabajo con colegas femeninos (sic) y nunca supe nada del destrato”, dijo Ángel Sap. “Jamás tuve inconvenientes con ella -por Almada- y he tenido muy poco trato con ella”, acotó sobre la secretaria.

“Era asiduo verlo a Salem atendiendo a profesionales, varones, mujeres y niños. Era común y lo siguió siendo hasta que fue suspendido, sin ningún grado de verosimilitud”, agregó en el mismo sentido que sus pares Berisso. “El buen funcionamiento del Juzgado cambió con la nueva secretaria que atrasaba los trámites o pedía cosas que antes no se exigían”, refirió a Almada. “Por eso fui en 2019 y pedí hablar con la secretaria, porque exigía una mayor cantidad de copias de cartas poderes o autorizaciones para viajar al exterior y el país, cosa que cambió lo que durante tantos años se hizo en el Juzgado de Paz. Nunca tuve relación directa con ella porque siempre estaba sentada en la computadora y no saludaba ni se acercaba a mesa de entradas. Eso me obligó a ir a hablar con Salem para que me aclare la situación”.

“La doctora Almada nos pide los documentos en otro sistema y siempre los presentamos en PDF. Pretende cambiar algo que durante tantos años funcionó tan bien”, señaló. Pese a todas esas críticas, no firmó que suscribieron sus colegas quejándose de ella.

Cuando el procurador García le preguntó por el vínculo laboral con Almada desde noviembre a esta parte -período de suspensión de Salem-, el abogado reconoció: “No he tenido inconvenientes, se siguió aplicando criterio del Juzgado por tradición. El problema de los PDF que se suscitó por ocurrencia de secretaria, no sé cómo está en la actualidad”.

Los últimos fueron los abogados Luis Mackey y Jorge Guercovich. “No conozco ninguna discriminación por género. El concepto de Salem es muy bueno, es una persona de bien, atenta, sociable, afable, competente y trabajador”, calificó el primero de ellos.

Por su parte, Guercovich contó que Almada dejó asentado que él no quiso notificarse en un expediente, porque la contraparte hizo una contestación sin acompañarla con copias y él lo vio. “Y si usted no se notifica debo dejar constancia”, admitió el abogado que le dijo en ese momento la secretaria. “Le dije que haga lo que le parezca. Entonces se dejó constancia en el expediente que me negué a firmar. Me negué a notificarme porque no estaba la copia en papel ni en la nube. Almada había hecho constar de la falta de copia, se le requirió a la contraparte y ahí me notifico”, relató.

“El tono de la conversación con Almada fue un poco destemplado. Ella no tuvo conmigo ningún tipo de maltrato ni nada. Salem se enteró de la situación. Presenté un escrito donde expliqué esto. Almada después hizo un informe donde dice que su empleada actuó correctamente. Esto no tenía entidad, no modificaba para nada la marcha del proceso. Pero debo decir que a mí me molestó imposición, la expresión ‘voy a tener que dejar constancia’. ‘Y bueno, haga lo que quiera’ le contesté. No levanté la voz ni le falté el respeto”.

El abogado dijo después que conoció a Almada cuando estaba en Tala. “Fue excelente en el trato, muy bien. No tengo, personalmente, nada que decir, excepto esta cuestión que para mí es menor. Para ser franco, no sé si la circunstancia daba para tanto. No quiero cargar tintas. Puedo decir que tengo una opinión formada sobre este proceso, tengo muchos años de profesión, Gualeguay es chico, pero no estoy para opinar”, cerró.