Qué chiste nos devolvería el Gaucho al enterarse de esta noticia: el hachero y gran bailarín del chamamé Eulogio Gregorio Espinoza, conocido como Gaucho Quitilo, murió en Paraná a los 95 años.
Fogonero de encuentros de arte nativo, alegre, dicharachero, con una alforja repleta de expresiones paisanas con humor, y sentencioso cuando vestía con las pilchas gauchas, bombacha celeste, cinto de rastra y un poncho al hombro.
Eulogio nació en la estancia Los Paraísos de Juan Lanús, de la zona de Las Mulitas, en el departamento feliciano.
Hachero de jovencito en las costas del Guayquiraró y el arroyo Pozo Ju. Su madre, Norberta Espinoza Velazco; su padre, Victorio Díaz, su abuelo Juan Felipe Ramírez. El Gaucho Quitilo llenó de anécdotas montieleras a la vecindad de Paraná, donde vivió muchos años en el barrio del Tiro Federal.
Historias de luchas, hallazgos, santitos y aparecidos; cuentos de obrajes y jinetes. “Se va la gaviota con escalera y bota, venga otra lata, patrón”, repetía para recordar en versos las esquilas y los pagos a cuenta de su juventud.
Ayer informó su fallecimiento Juancito Espinoza, conocido bailarín de chamamé que heredó de Quitilo el gusto por las pilchas criollas y los ambientes folklóricos.
Eulogio será velado este domingo 3, de 8 a 12, en la sala del cementerio Municipal de Paraná.
(Tirso Fiorotto)