Tras la caída ante Alberto Fernández, el presidente Mauricio Macri evitó las autocríticas y se enfrascó en la polarización con el kirchnerismo. A ese sector atribuyó la responsabilidad de la inestabilidad económica de este lunes y que considera que persistirá hasta que el Frente de Todos "se gane la confianza" del mercado. Macri se mostró principalmente preocupado por la suba "de 370 puntos" del riesgo país y convocó a primera hora al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el titular del Banco Central, Guido Sandleris, para analizar posibles anuncios. Pero no hizo ninguna autocrítica ni dio pistas de que políticas nuevas puede implementar para cambiar el escenario de cara a las elecciones de octubre.

Sin cambios de gabinete a la vista, Macri se concentró en intentar que no se dispare el tipo de cambio. Es por eso que comenzó el día reunido con Dujovne, Sandleris y con el jefe de Gabinete, Marcos Peña. La reunión de gabinete, que en principio se había agendado a la mañana, pasó a la tarde, una muestra de la confusión que reina en Casa Rosada por estas horas, donde los funcionarios se muestran preocupados.

El candidato a vicepresidente, Miguel Pichetto, asumió un rol clave ante tanto nerviosismo. El peronista fue a la sala de prensa para intentar frenar las versiones de una "transición", y reiteró varias veces que la elección será en octubre, publicó El Cronista.

Justamente, en Pichetto se respaldó Macri a la tarde, en la conferencia de prensa. Durante más de 30 minutos el mensaje del Presidente ahondó en la demonización del kirchnerismo y en agradecer los 7 millones y medio de votos que logró este domingo. Pero no mostró autocríticas o puentes con otros sectores para sumar apoyos en octubre, más allá de reconocer que fue "muy dura" la política económica de su gobierno y que lo castigaron con un "voto bronca". En cambio, Macri mantuvo la línea dura de su discurso, que viene esbozando desde que era jefe de Gobierno porteño.

Macri por un lado dijo que está confiado en revertir la pelea de cara a octubre. Pero por otro lado dio señales de que considera que, con semejante caudal de votos, el kirchnerismo ya goza de poder. De hecho, a ese sector atribuyó la suba del dólar y del riesgo país este lunes. "La duda que vino es porque ellos no tienen confianza ya que la dilapidaron cuando gobernador y ahora tienen que recuperarla", sostuvo. Y hasta planteó que el Frente de Todos tiene "la responsabilidad" de llevar tranquilidad a la "comunidad económica".

En relación a la inestabilidad del tipo de cambio, el jefe de Estado aseguró que se va "a hacer cargo" y que su tarea será contenerlo "exitosamente durante todo el proceso electoral". Pero aprovechó para sembrar temor con el kirchnerismo cuando dijo que si se confirma en octubre el triunfo del binomio Fernández, "el problema va a estar". De hecho, pintó un panorama sombrío: "el proceso de baja de la inflación que iba rumbo a 1 coma algo en agosto, ahora lamentablemente se va a revertir de vuelta con esta inestabilidad del tipo de cambio".

La estrategia de seguir polarizando con el kirchnerismo está generando críticas por lo bajo, entre funcionarios más rasos de Juntos por el Cambio que esperaban un discurso más conciliador. Pero Macri decidió insistir con este camino que parece no haberle dado resultado electoralmente. Lo otro que podría llegar a ocurrir es el anuncio de nuevas medidas económicas que está "analizando" el equipo de Dujovne, según comentaron en Hacienda.

Macri llamó a todos los candidatos a presidente, que pasaron la barrera de las primarias este domingo. Pero desde el Frente de Todos dieron a entender que no hubo comunicación con Alberto Fernández. Tras el mensaje de la conferencia, esta comunicación parece más improbable.

Ante semejante escenario de incertidumbre económica y política, Macri sostuvo que no planea "adelantar las elecciones". Y dijo que será mandatario hasta el 10 de diciembre, "como mínimo".

Al Presidente se lo notó ofuscado. En varios momentos se apoyó en Pichetto quien trató de enviar dos mensajes: que no estamos en transición y que Macri está a cargo. También que todavía falta la elección de octubre, y que existen posibilidades. En cambio, Macri resaltó que todavía hay que elegir senadores, diputados e intendentes en esos comicios nacionales. Ante la posibilidad cierta de perder Nación y Provincia, Juntos por el Cambio va a intentar retener aunque sea puestos en el Congreso y en municipios.

En los niveles más rasos del Gobierno, el clima es negativo. Muchos sienten que el ciclo ya está terminado. Y temen a la reacción económica de los próximos días, que la jornada monetaria del lunes sea sólo el principio de la volatilidad. Durante la crisis de 2018, la Casa Rosada mostró escenas de nerviosismo. Pero por estas horas, muchos expresan desazón y dan por perdida la pelea.

Descartan cambios en el Gabinete

El Gobierno no hará cambios en el Gabinete, según sostuvo ayer el presidente Mauricio Macri, en la conferencia de prensa. Esto era una reacción que llegó a trascender ante la caída por las elecciones primarias del último domingo.

"No hago cambios de gabinete por cuestiones simbólicas; sino porque creo que puedo ayudar a que las cosas funcionen mejor", mencionó el Presidente, ante la pregunta de un periodista.

Por otro lado, Macri desempolvó una estrategia en línea con forjar más aún la polarización con el kirchnerismo y sembrar temor al señalar que la suba del dólar de este lunes "es una muestra de lo que puede pasar". Según la consultora Reputación Digital, el 58% de usuarios de redes sociales consideró "negativo" el mensaje del Presidente, tras analizar más de 22 mil conversaciones en Twitter, Facebook e Instagram.

Por otro lado, en las últimas horas, tal como publicó Clarín, trascendió en el oficialismo un mensaje que plantea que "hay que gobernar hasta el final" y "presentarnos gallardamente a las elecciones con nuestras ideas, sin importarnos el álgebra".

A su vez, el mensaje llega a comparar la situación actual de Macri con la salida anticipada de Fernando de la Rúa y Raúl Alfonsín. "Van a buscar canjearnos gobernabilidad por rendición. Ninguna concesión a esa idea. Es un falso dilema. Termina en la salida anticipada, como les sucedió a Alfonsín y De La Rúa", advierte el escrito.

Lo interesante es que el mismo Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal, en sus conferencias de prensa de este lunes, hicieron hincapié en la "gobernabilidad" a futuro, en busca de compartir la responsabilidad con la oposición.

El mensaje fue incluso compartido por funcionarios claves en la comunicación del Presidente, como Julieta Herrero, encargada de redactar los discursos de Macri. El escrito continúa que a los funcionarios de Juntos por el Cambio "quieren vernos salir vomitando sangre". Y la explicación sería que eso sirve para "justificar en los próximos meses la catástrofe que ellos mismos van a generar y para reafirmar la lección histórica que solo ellos pueden gobernar".