El Lobo pisó las húmedas tierras de Ramallo con una variante táctica, decidida por el técnico Luis Benítez. El ingreso de Matías Pintos por Juan Ferreyra terminó armando un esquema más defensivo, con un volante bien definido como lo es Pintos, para dejar solos arriba a Umpíerrez y Besel, con Padilla intentando abastecer desde atrás.

Pero fue el local el que ganó la pelea en la mitrad de la cancha, metiendo a Gimnasia y Esgrima sobre su área. Y, más allá de una media vuelta de Pintos que el arquero mandó al córner, las chances más claras fueron del dueño de casa, haciendo revolcar a Orcellet, sobre todo Tabone, o con Giovenale apareciendo una y otra vez para mantener el cero en un arco.

En la segunda parte todo fue empeorando porque la cancha del Salomón Boeseldín no aguantó más el trajín y el agua que siguió cayendo. Tabone volvió a aparecer pero también Suárez para sacarla sobre la línea.

Los pelotazos volaban de área a área. En el equipo entrerriano, cuando aparecía Padilla, el juego llegaba hasta el área de Nelson Schonberger aunque sin tanto peligro, consigna Uno.

Se fue el partido así, con los dos ya sintiendo las piernas y conformándose con el empate. Para Gimnasia fue un negocio por las condiciones en las que se jugó el partido, pero este punto servirá si el domingo, en la fecha 10, consigue retornar a la victoria en el Núñez.

El esforzado punto se logró con Suárez y Pintos dejando la cancha con distintas lesiones que los marginará, al menos el primero, de lo que vendrá y habrá que estar atentos con Martínez, quien también fue remplazado, retirándose extenuado.

Foto: Uno.