“Es mucho más difícil ser boxeador de la vida”

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Luis Eduardo Schneider vuelve al boxeo, una actividad que ama y critica

Pablo Rochi

A los 33 años y después de casi tres años de inactividad, Luis Eduardo Schneider vuelve a pelear. Casado con Julia y papá de Catalina, de tres, y Rosario, de uno, este púgil se atrevió a criticar una actividad que él mismo reconoce no ser coherente con sus propios protagonistas. “No comparto un montón de cosas del boxeo. Por ejemplo, minimizar a los chicos, no enseñarles bien, llevar a pelear a un boxeador por dos pesos, hacerlo cagar a puñetes por nada, hacerlo bajar kilos para que pueda pelear y que se muera. Todas esas cosas no van conmigo”, dijo. En esta nota reconoce errores del pasado, de sus esfuerzos por querer ganar el título y de la lucha más difícil que tuvo: la de curar a su hija, que nació con una cardiopatía congénita.

-Después de un largo período de inactividad y con 33 años, ¿por qué decidiste volver a pelear?
-En mi alma hay un deportista. Por naturalidad toda mi vida estuvo ligada al deporte. Encima me di cuenta que al boxeo yo le podía dar más de lo que di. Entonces no puedo ser tan ingrato conmigo mismo si tengo voluntad, tengo familia, tengo para comer y para estar bien y así poder dedicarle al deporte que quiero. Por eso no voy a perder más el tiempo y voy a volver de la mejor forma.

-¿Qué significa volver de la mejor forma?
-Con mi entrenador (Eduardo Retamar) hicimos un plan de trabajo que lo estamos llevando a cabo. No hace un mes que empecé a entrenar, sino seis meses que estoy trabajando muy duro. Es cierto que estuve casi tres años sin competencia y ahora es como que arranco de cero. Pero no me importa, porque el sacrificio y la fuerza van de la mano de la fe y de las ganas de llegar. Yo sé que cuando suba al ring tengo que dejar todo.

-¿Y qué buscas en este retorno?
-Quiero darle un título a Paraná. Quiero darle un título al deporte en sí. Nosotros siempre somos una sucursal de Buenos Aires, estamos esperando que salga campeón Boca o River para ir a la plaza a festejar. Sin ir más lejos, Sionista estuvo a punto de salir campeón y mucha gente quería que perdiera porque no se sentía identificado con el club. Entonces digo, qué ingratos que somos. Yo a los 33 años quiero salir campeón y que los chicos sepan que se puede. Ya tengo bastante edad, estoy casado, tengo dos nenas y muchas responsabilidades pero quiero mostrar que se puede, que aquel que tiene condiciones sepa que se puede.

-En su momento se te vio muy ilusionado con el boxeo… ¿Por qué dejaste?
-Fue un enojo personal porque creí que no se habían hecho bien las cosas. Debuté en la Federación con un boxeador que ya tenía ocho peleas, que para mí era mucho porque yo recién empezaba y estaba acostumbrado a pelear a cinco rounds. Recién en el ring me enteré de que peleaba a seis rounds, y eso me enojó y me quitó las ganas. Me di cuenta de que no estaba trabajando con gente seria. Por eso me alejé.

-¿Fue solamente por eso?
-No, también fue por el tema de mi hija, que nació con una cardiopatía congénita. Ella me llevó toda mi atención y me dedique a full a cuidarla. Hoy gracias a Dios está bien y este retorno también es una devolución a todo lo que ella me da. ¿Sabes por qué? Porque luchar día a día para poder estar bien y poder vivir es mucho más difícil de lo que yo hago en el boxeo. Ella todavía necesita una operación más, y sin embargo la ves y juega, anda, se divierte y vive con intensidad, con mucha fuerza. Para mí ella es un ejemplo. Y la veo y me da ganas de hacer cosas. El día que yo me levante y realmente sea un esfuerzo ir a entrenar, voy a ser el primero en decir hasta acá llegué.

-Para ser boxeador sin dudas se necesita voluntad, sacrificio y ganas…
-Todos los días me levanto a las 5 de la mañana y mientras todos están cagados de frío yo salgo a correr. Mi señora me dice, “¿hoy vas a salir de vuelta?”. Y sí, salgo. Sé que este esfuerzo es una monedita más para la alcancía. Algún día esto va a tener un rédito. Por lo menos lo hago con seriedad y con tipos que me acompañan y son responsables.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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Mariano Werner analizó su victoria en Toay y destacó que tuvo un "poco de suerte".

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