El negocio de la seguridad privada mueve cifras millonarias por mes en Entre Ríos. Son 17 las empresas que cuentan con autorización para prestar el servicio, pero la práctica indica que al momento de pulsear una licitación grande el negocio cae en un par de manos. No contar con habilitación fiscal, en algunos casos, ni tener todo los papeles en regla ante los organismos de recaudación tributaria, en otros, y que eso no dificulte quedarse con lo que se disputa en licitaciones y concurso de precios, no hace más que alimentar las sospechas de que existe tráfico de influencia, dumping, aprietes y toda una batería de operaciones que garantizan el negocio. En una empresa líder la facturación mensual puede alcanzar los 2,5 millones de pesos, mientras que un custodio cobra mil pesos con adicionales y tickets incluidos.

Camisa bien planchada, corbata con nudo simple, pantalón sin surcos en las rodillas, zapatos acordonados y una especie de cartuchera negra que simula la portación de arma. El hombre se pasea como respondiendo a una ceremonia sin tiempo. Frente a sus ojos desfilan cientos de personas por día para hacer un trámite o realizar una compra. Eso es una jornada normal de trabajo, y que todo salga bien equivale a un día tan rutinario como alienante.

El vigilante con una radio en lugar de pistola y un distintivo con logotipo en vez de la chapa con escudo entrerriano de quienes en los años previos a la oleada neoliberal ocupaban ese lugar, representan la cara visible de un negocio que mueve millones de pesos por año tan sólo en la provincia de Entre Ríos: las empresas de vigilancia y seguridad privada.

En la provincia hay 17 empresas autorizadas a realizar ese servicio, pero la realidad indica que por fuera del sistema algunas otras también se ganan un espacio en el mercado. Tal es el caso de la empresa Barrio & Barrio, que no cuenta con autorización y por estos días camina hacia la clausura, según contó a ANALISIS una fuente confiable.

Pero la firma en cuestión representa apenas un caso menor dentro de una serie de firmas que manejan volúmenes importantísimos del negocio, y cuyo desempeño ha generado mucho ruido.

En términos generales, cuando se aluden a las situaciones de irregularidades que envuelven a las empresas de seguridad pública, se habla de las no pocas dificultades laborales que han tenido, como consecuencia de la fuerte demanda sin un correlato acorde al momento de pagar.

Esto fue determinante para que la Dirección Provincial del Trabajo deba intervenir ante casos de exceso de trabajo por sobre lo que autoriza el régimen de vigilantes, tanto como la falta de pago de adicionales y salarios no acorde a la actividad. En el organismo con sede en la calle Buenos Aires de Paraná se tramitaron denuncias puntales contra las firmas Elite Sistema de Seguridad SRL y Seguridad Entre Ríos SA. “No han sido muchos los casos, pero a partir de una situación producida en Concordia se debieron realizar inspecciones para asegurarnos de que se cumpla el convenio de supervisores y vigilantes”, le dijo a este semanario una fuente vinculada a las mediaciones.

En las empresas líderes, el promedio de la hora de vigilador tiene un costo aproximado de 6 pesos, y cada operario trabaja un promedio de 200 horas al mes. De hecho, el valor de la hora-hombre se toman en cuenta para establecer las tarifas, que varían según si el personal está o no habilitado para el uso de arma. La portación sólo se puede realizar cuando hay una previa autorización del Estado, de cuyo trámite participa la Policía provincial, como se explica más adelante.

La realidad de una firma radicada en Paraná permite tener una pauta de las condiciones laborales y el monto que cobra esa firma a una empresa custodiada. En primer lugar habrá que decir que el personal de seguridad está encuadrado, laboralmente, en un Convenio Colectivo de Trabajo Número 421/05 que establece distintas categorías de vigiladores, los que perciben sus haberes conforme a la categoría en la que se encuadren. El sueldo básico de un vigilador ronda los 960 pesos a los que se le suman otros 100 en tickets de comida. A ese sueldo nominal se le practican los descuentos de ley y se adicionan las horas extras que varían en función de los lugares en los que prestan servicios y a las exigencias de cada cliente. Es así como en el caso de El Guardián, por ejemplo, factura al cliente que toma el servicio de vigilancia por hora hombre trabajada, con un costo unitario de esa unidad laboral de aproximadamente 9,40 pesos. De modo tal que si en un supermercado hay tres vigiladores por tres turnos rotativos de 8 horas cada uno, la empresa custodiada terminará pagando por día 84,6 pesos en concepto de vigilancia.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)