El Carnaval del País tiene ese que se yo…

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Sobre la fiesta de cada verano en Gualeguaychú

Por Cecilia Chesini (*)
(desde Gualeguaychú, especial para ANALISIS)

Son muchas las cosas en la vida las que no se pueden explicar, a las que las palabras no les alcanzan y los superlativos les quedan chicos. Son las pequeñas cosas de la vida, por lo general, las que acaban siendo tan grandes que no pueden ser descritas; quizás porque los grandes momentos se alcanzan por una suma de pasos in imaginados. Las grandes sorpresas, los momentos de éxtasis, muchas veces son precedidos por discretas señales que somos incapaces de percibir… por suerte. ¿A quien le gusta que le arruinen las sorpresas?

El Carnaval del País es muchas veces citado por las dimensiones que alcanzó en materia de infraestructura y relevancia turística para la provincia y para la ciudad que lo alberga. Sin embargo, el aspecto más importante de la fiesta no reside en sus plumas ni estrases.

Si bien hubo muchas “bisagras” en la historia de los carnavales en Gualeguaychú, cada una vino determinada por la impronta única y personal de aquellos movilizados por una pasión.

Quien ve los cuerpos gentiles, livianos de ropas y entregados al baile sensual, ve solo el aspecto del carnaval que se vio influenciado por las tendencias regionales de un momento en particular de la historia; cuando el Corrientes era la indiscutida capital nacional del carnaval. Pero como las cosas que de verdad importan van mas allá de los títulos, ser el Carnaval del País tiene una connotación que no debe pasarse por alto. La realidad que hoy vive el Carnaval de Gualeguaychú es el reflejo de años de entrega. Aunque hubo nombres que se destacaron a lo largo del tiempo, es el trabajo colectivo y el compromiso conjunto lo que le dio y le sigue dando identidad propia.

Mientras el Carnaval en su connotación religiosa estaba destinado a fortalecer el cuerpo antes de los sacrificios de la cuaresma, el carnaval de nuestra ciudad ha cumplido la finalidad de nutrir el cuerpo de nuestra sociedad. El significado que el carnaval tiene hoy para Gualeguaychú esta muy ligado al nivel de participación directa e indirecta de todos y cada uno de sus habitantes, y a la incidencia que la fiesta tiene en la vida de la ciudad. Pero no se trata de las repercusiones lógicas del volumen de turistas que recibe en la temporada, ni siquiera al batir de los parches de las batucadas que suenan desde tan temprano como septiembre u octubre, cada año.

Las cinco comparsas que actualmente se turnan para salir al Corsódromo, esa joya única de la historia reciente de nuestro carnaval, son las herederas de las en un principio dieciséis agrupaciones carnestolendas. Entre los casi mil integrantes que cada noche desfilan algunos ya se cuentan nietos de los primeros carnavaleros, mientras que otros ya entregaron la mitad de los veranos de sus vidas a las fiestas del Rey Momo, por citar solo algunas de las realidades que pasan desapercibidas al común de los espectadores. Podemos hablar de una tradición arraigada en nuestra gente, que a pesar de lo mucho que ha mutado el espectáculo en estas tres décadas de historia, sigue inmutable en lo más esencial; su calidad humana.

El trabajo dignifica, el carnaval nos une

Nada de lo que existe hoy podría ser sin la gente. No hay dinero que lo compre porque es el sentimiento lo que lo impulsa. No fue otro factor que el sentido de unidad lo que le dio vida. Podrá ser una cuestión económica lo que hace posible el nivel de despliegue alcanzado hoy día, pero la historia ha demostrado que fue siempre el espíritu de la gente lo que lo hizo crecer.

Solo una fiesta donde no hubiese diferencias de clase ni posición, donde todos pueden ser parte sin condicionamientos, y en la que el capital que no puede faltar es la vocación, podía llegar a llamarse Carnaval del País. Ver la suma de aquellos pequeños aportes cristalizar de manera tal que dieron forma al suceso que es hoy, arranca más de una lágrima. De allí también la importancia de elegir una reina y que ésta refleje la esencia del carnaval como lo vive Gualeguaychú, una sola persona capaz de trasmitir aunque sea sin palabras aquellas cosas que pueden ser reseñadas mas nunca descritas. En todo caso, comprender finalmente el significado del Carnaval para Gualeguaychú, es siempre una tarea difícil. No solo hace falta conocer sino también sentir el esfuerzo de toda esa gente que año a año contribuyeron a hacer grande al carnaval, requiere vivirlo desde adentro. Y como todo aquello que deja su marca en el mundo, no seria nada sin cada uno de los que pasaron por su historia; la dicha de pertenecer, de colaborar con lo mínimo que sea, hace a la identidad de un pueblo que ya es ciudad pero que conserva ese “no-se-que”.

Gualeguaychú cuenta hoy con algo muy grande de lo que enorgullecerse; una fiesta reconocida nacionalmente y que cada año se posiciona mas firmemente a nivel internacional. Esta fiesta tiene el valor y el sabor de aquellas pequeñas pero importantes cosas de la vida, porque se gestó en la modesta pasión de algunos y se contagió poco a poco a todos sus habitantes. Como todas aquellas pequeñas cosas que valen la pena en la vida, abrió su paso de a poco, sumando pacientemente lo necesario para florecer y consagrar a sus creadores. Es el resultado de un esfuerzo multitudinario que demuestra como la unidad y la perseverancia puede marcar la diferencia.

El carnaval creció con nuestra gente y nuestra gente creció con el carnaval.

¿Como imaginar a que podía conducir la alegría de unos pibes cuando los primeros se calzaron sus disfraces de papel en aquel barrio del Oeste? ¿Cómo intuir que sería de aquella iniciativa carnavalera gestada en 25 de mayo y Caseros, o el significado que alcanzaría aquel “buen día” en mapuche? Lo cierto es que el Carnaval de Gualeguaychú, como buena fiesta popular, no sería nada sin ese ingrediente inexplicable que lo hace único. Lo maravilloso es que para nuestra gente conserva hoy el mismo significado que tuvo hace treinta años, sumado a la satisfacción de los logros compartidos, y el de ser todos parte de la fiesta más grande del país.

(*) Editora del blog Carnaval del país e integrante de una de las comparsas.

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