Por Víctor Centurión (*)
La distribución del ingreso es la manera en que se reparte la producción total entre los individuos o los factores de la producción. Por otra parte, los ingresos son la suma de todos los sueldos, utilidades, pagos de intereses, rentas del suelo y otras entradas económicas de las familias en un período determinado.
Podríamos decir que son dos caras de una misma moneda: el ingreso nacional por un lado; y el Producto Bruto Interno por el otro, que es el valor total de la producción de bienes y servicios finales dentro de un territorio nacional durante cierto período, por lo general un trimestre o un año. Estas aclaraciones servirán para una comprensión rápida de conceptos fundamentales, sin ingresar en la inclusión de amortizaciones o precios de mercado.
La medida que se utiliza para representar la distribución es el ingreso per cápita pero, por el hecho de ser un promedio, tiene limitaciones cuando se utiliza como criterio de medida del bienestar económico.
En una economía no basta que se dé el crecimiento económico para que haya mejores niveles de vida para la población, sino que debe existir una distribución equitativa del ingreso.
Para satisfacer las necesidades de su vida el ser humano requiere de un empleo o de una fuente de ingreso.
Algunos autores definen que pobreza es la condición de los individuos o familias que no satisfacen una o varias necesidades básicas, como la alimentación, vestido, vivienda, educación y salud.
Como resultado de la escasa creación de empleo y el aumento de la población económicamente activa, la mayoría de los pobres en las áreas urbanas se emplean y obtienen sus ingresos en el sector informal de la economía. Sin embargo no todas las actividades del sector informal reditúan bajos ingresos, como es el caso de los servicios calificados (herreros, mecánicos, instaladores, services). Ahora bien, ese patrón no excluye que exista una proporción de trabajadores pobres en el sector asalariado y quizás en parte de los empleados públicos.
La pobreza tiende a perpetuarse a sí misma, generándose la cultura de la pobreza, que tiende a transmitirse de una generación a otra, de allí la importancia de satisfacer la necesidad básica de educación como una de las fundamentales vías para salir del círculo vicioso de la pobreza. Pero para estudiar hace falta tener alimentación, salud, vestido, vivienda.
El sector público también participa del ingreso nacional a través de los sueldos que paga a sus empleados. Algunos autores explicitan que esos salarios deben ser productivos y no desocupación disfrazada (productividad marginal nula o muy próxima a cero).
¿Qué sucede en Entre Ríos?
A marzo del año 2009 la planta de personal ocupada en el sector público no financiero en la provincia totalizaba 71.221 trabajadores entre permanentes, temporarios, contratados y organismos multilaterales.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la provincia tiene una población actual estimada de 1.255.787 habitantes; y según la Dirección de Estadística y Censos de Entre Ríos, la tasa de empleo es del 42,2 por ciento. Traducido significa que de las 530.000 personas que tienen empleo en la provincia un 13 por ciento percibe sueldos del Estado.
¿Qué sucede con el nivel general de precios?
Según el Índice Autoponderado de Precios Nivel General Ciudad de Paraná elaborado por la Dirección de Estadística y Censos de Entre Ríos (fuente más confiable que el INDEC en la actualidad), los precios de los bienes con los que se satisfacen nuestras necesidades desde diciembre de 2006 a la fecha se han incrementado en un 57,36 por ciento (en los últimos 27 meses) y desde diciembre de 2007 a la fecha, es decir los últimos 15 meses, el incremento ha sido en un 24,46 por ciento.
¿Qué sucede en los municipios?
Las comunas también participan del ingreso nacional a través de los sueldos que pagan a sus empleados y tienen gran incidencia.
Según datos publicados por la Secretaría de Hacienda de Entre Ríos, en año 2009 son 77 municipios los que perciben ingresos por coparticipación federal.
La Municipalidad de Paraná se estima que posee unos 5.000 trabajadores cuyos ingresos en los últimos 27 meses acumularían una pérdida importante en su poder adquisitivo, de acuerdo con cálculos no oficiales y los índices de precios publicados por la Dirección de Estadística y Censos de Entre Ríos. Similar situación se estaría generando en otros municipios de la región.
Una pérdida en el poder adquisitivo de los trabajadores durante varios meses significa que no puedan cubrir las necesidades básicas en la mayoría de los casos, analizando el poco poder de ahorro que poseen los trabajadores municipales.
¿Qué sucede en otros sectores?
Hay sectores estatales y también trabajadores privados que, por méritos de sus representantes y de los trabajadores mismos, han logrado sostener su nivel de participación en el ingreso nacional en la distribución, en su poder adquisitivo. Uno que merece citarse es el de los empleados de comercio, que también ocupa un porcentaje importante de asalariados y en los últimos 27 meses ha logrado una recomposición promedio del ingreso “en el bolsillo” de los trabajadores del 59,87 por ciento.
(*) Contador Público Nacional.
