El líder de la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles (FASPGyBio), Pedro Segundo Milla, falleció este jueves inesperadamente. Según indicaron fuentes gremiales, la causa de la muerte habría sido un Accidente Cerebro Vascular (ACV). Este miércoles había estado en Paraná para participar de la Jornada de Apertura de la Diplomatura de Extensión en Organización, Conducción y Participación Sindical impulsada por la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER).

La noticia causó sorpresa y dolor dentro del sindicato, pero también en el sector de los hidrocarburos, las empresas, la política y otras organizaciones gremiales.

Pedro Milla llegó a la secretaría general de la Federación en 2018 y desde ese lugar se ocupó de representar a los trabajadores del petróleo y el gas de todo el país, pero también a los vinculados a las tareas de elaboración de biocombustibles. No era causal que siempre estuvo a favor un alto nivel de corte para mezcla de biodiesel.

La Federación contiene a los gremios de base de Avellaneda; Capital; Bahía Blanca y La Pampa; Córdoba, La Rioja y Catamarca; Buenos Aires; Entre Ríos; Zona Norte de Santa Fe; Santa Fe; San Lorenzo, Rosario; Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones; Salta y Jujuy; Tierra del Fuego; y Zona Norte de Santa Cruz. Su principal base sindical eran las refinarías de Luján de Cuyo (YPF), Ensenada (YPF), Campana (Axion), Dock Sud (Shell) y Bahía Blanca (Trafigura). Allí tenía la mayor cantidad de afiliados.

Si bien no tenía una enemistad profunda con el neuquino Guillermo Pereyra, histórico ex jefe del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, ambos admitían diferencias. Hoy la noticia superó a todos y enlutó al mundo de los hidrocarburos.

El 31 de mayo pasado más de 70 congresales de 13 sindicatos adheridos a la Federación se reunieron en el Hotel Intersur de San Telmo, propiedad de la Federación de Luz y Fuerza, votaron a favor de la lista de unidad Azul y Blanca y consagraron a la nueva mesa directiva, con Pedro Milla otra vez a la cabeza. "Hoy comienza una nueva etapa para ratificar las conquistas obtenidas y afrontar los nuevos desafíos que el difícil presente de nuestro país y el mundo nos presentan", afirmaron desde la nueva conducción, con mandato hasta mayo 2026.

Días atrás también había renovado su mandato por cuatro años al frente del sindicato petrolero de Campana, donde tenía su lugar de mando. En junio del 2020, en plena pandemia, Milla participó junto al presidente Alberto Fernández de la recorrida de inauguración de ampliación de la planta de PAE en esa localidad.

En el último tiempo, además de acercarse a la cúpula tripartita CGT y a la gestión de Axel Kicillof con quien inauguró un centro de formación en hidrocarburos para potenciar a Buenos Aires como polo petrolero, se preocupó por defender y promocionar la actividad offshore frente a Mar de Plata. "Con el avance de los proyectos de exploración offshore en las costas de la provincia de Buenos Aires, sumado al régimen de acceso a divisas para las petroleras que el Gobierno nacional viene impulsando, creo que vamos por buen camino”, remarcó Pedro Milla en su discurso de reasunción.

El gremialista solía comparar el potencial del offshore marplatense con otra Vaca Muerta. “En Mar del Plata, a través de las audiencias públicas, estamos trabajando para despejar todas las preocupaciones legítimas que nos presentan los ambientalistas. La provincia de Buenos Aires puede convertirse en una plataforma petrolera más importante que Vaca Muerta, lo que no solo sería más empleo y mejores salarios para nuestras trabajadoras y trabajadores, sino también es la chance de Argentina de solucionar sus problemas económicos y alcanzar la soberanía energética”, señaló. De hecho, fue uno de los oradores en las audiencias de principios de junio junto a Gabriel Matarazzo y Mario Lavia, también de la Federación, publicó Ámbito.

En esas presentaciones públicas, Pedro Milla aseguró que la explotación offshore tiene la capacidad de provocar un cambio disruptivo. "Puede colocar al país en otro nivel como productor, con los beneficios derivados de este avance, como el fortalecimiento de la matriz energética, el efecto en materia de divisas, el crecimiento económico y la creación de miles de puestos de trabajo de calidad”, destacó.

"La Argentina podría consolidarse como exportadora de energía al mundo, con capacidad para vender externamente unos 25.000 millones de dólares por año y el potencial de marchar sobre un camino similar al que recorrió Noruega, que pasó de ser uno de los países más pobres de Europa a disfrutar de una calidad de vida ejemplar”, remarcó en la videoconferencia.