
José Carlos Elinson.
Por Luis María Serroels (*)
Nos conocimos por aquellos días en que alumbraba la atrevida juventud amasada con la secundaria. Allí sazonamos el camino a la madurez y también a los gustos y la predilección por las letras. Poesía por un lado y el otro, en una inclinación por el periodismo que, como suele decirse, “la descosía”. Cuando se posó en la gran urbe incursionando, entre otras, en la actividad gastronómica, le metieron duro junto a su compañera Alma.
Y decidieron radicarse definitivamente en la Paraná Ciudad Paisaje. Ella recaló en tareas administrativas en el área de la salud y él se construyó una identidad férrea, demostrada en sus columnas, reportajes y espacios radiales donde exhibió su solvencia.
Del fruto de su herencia, hoy lo sobrevive su hijo Martín que sintió su vocación en los medios.
Su compañera Alma partió hace unos años y allí se reencontrarán definitivamente.
El “Gordo” Elinson tenía un increíble sentido del humor y capacidad de improvisación. Sabía cuándo ponerse serio, en qué momento ubicar cada término y reflexionar con inteligencia.
Sus últimos meses fueron difíciles para su salud en un nosocomio de dilatada internación y era visible que se quebrantaba su estado.
Era una fuente inagotable de conocimientos, mezcla del andar y de su temperamento a la hora de construir sus editoriales.
Precisamente los últimos meses escribió en la sección Opinión de ANALISIS como una especie de preparación para su partida. Sus notas, que no me perdía, eran un deleite. Su dominio del idioma e inteligencia al momento de discernir sus opiniones y sentar conceptos valiosos, es lo que nos deja como enseñanza.
¡Qué manera de generar amistad muy bien nutrida! ¡Cuántos recuerdos nos deja y con qué dolor lo despedimos!
No puedo soslayar una anécdota que casi adquiere premonición a la partida. Tras comentar José Carlos a la que sería una de mis columnas sabatinas, dejó unos párrafos que me llegaron vía WhatsApp y que para mí tuvieron sabor a sabiduría y despedida a la vez. Querido amigo y maestro, descansa en paz.
(*) De ANALISIS