El ex ministro de Gobierno y referente de Línea Interna Radical Entre Ríos (LIRER), Enrique Carbó, se refirió al trabajo en pos de “la recuperación del partido” a partir del cambio en la conducción de la Unión Cívica Radical (UCR) provincial y con vistas a retomar el gobierno en 2023. También criticó el manejo del gobierno provincial y de la Intendencia de Paraná en el marco de la pandemia.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Carbó confirmó que desde un sector del radicalismo “se puso en marcha nuevamente la LIRER –que es el grupo político conformado hace muchos años y que había dejado de funcionar- para reorganizarnos y de este modo poder revitalizar y buscar la conducción del partido a efectos de que el radicalismo empiece a tomar un rol como el que debió tener siempre en los procesos de alianzas, fundamentalmente teniendo en cuenta el desorden partidario que hay y la falta de políticas en general en la provincia”.

En ese sentido, apuntó que en este armado “hay varios referentes como Jorge Krenz, Rubén Villaverde, María Elena Herzovich, Carlos Cuscueta, Giordano Bogian, Jorge Landra, Eduardo González Alem, Pía Sautier, Mónica Piris”. “Es un conjunto de viejos dirigentes que ocuparon en su momento distintos cargos”, definió.

Consultado respecto de la renovación del espacio, el dirigente planteó que “el radicalismo viene sufriendo una crisis muy aguda tanto a nivel nacional como provincial y este es precisamente uno de los temas que hace que volvamos rápidamente a la convocatoria en pos de intentar recuperar el radicalismo y con ello buscar también la convocatoria de todo lo que nos está faltando que es una dirigencia intermedia que se ha visto postergada y a la juventud que tuvo siempre el radicalismo y que hoy aparece bastante desdibujada en los procesos que hemos vivido”.

Al respecto, analizó que “en la provincia de Entre Ríos el radicalismo nunca debió dejar de ser la columna vertebral de un proceso como los que se han vivido y lamentablemente cayó bajo la dirigencia del PRO, incluido el ex ministro (Rogelio) Frigerio, porque se digitalizaban los cargos y se ocupaban espacios que el partido no debió haber cedido, y además se toleraban políticas que tampoco se ajustaban al pensamiento del radicalismo.

Ante ello, consideró que “una de las cuestiones fundamentales es esa” y aclaró que la intención “es mantenerse dentro de la alianza de Juntos por el Cambio pero cada uno ocupando el rol en función de lo que ha generado y de lo que mantiene dentro de la provincia en cuanto a estructuras políticas”.

De este modo rechazó de plano que Frigerio sea candidato de este sector y opinó que “esto sería nefasto para todos los entrerrianos porque es un hombre que ha hecho de la política un mecanismo que es absolutamente antidemocrático, e incluso como ministro del Interior pareciera que sus esfuerzos políticos estuvieron dirigidos a que se mantuvieran en el gobierno quienes ahora están, siendo que pertenecía al otro arco”. “La caída del gobierno nacional, lo que pasó en Entre Ríos con el desdoblamiento de las elecciones, todo este accionar estaba dirigido y controlado en ese momento por Frigerio”, lamentó. 

Admitió en este contexto que “no será nada fácil” conciliar las diferencias con el PRO: “Precisamente lo que sostenemos es que tenemos que acercarnos y buscar cuáles pueden ser eventualmente puntos de referencia comunes, pero no será fácil. Lo que sucede es que, lamentablemente, lo que tiende a buscar que terminemos conversando en una eventual alianza es lo que está enfrente que espanta; se está rompiendo la República, se está cayendo a pedazos y de alguna manera todos quienes –con diferencias- pretendemos tener una República tiende a que nos juntemos”.

En ese sentido, consideró que “hay que coordinar básicamente puntos de políticas donde podamos coincidir y de ninguna manera puede ser uno solo el que gobierne, como ya pasó; si se hace una coalición eventualmente habrá que buscar puntos de referencia comunes y ver de qué manera se co-gobierna o no. Si el rol de uno será estar en la Legislatura está todo bien, pero hay que buscar cuáles serían los mecanismos para llegar a ese tipo de alianzas”.

“Creo que necesariamente todo el arco opositor tendrá que buscar una alianza, aunque no sé cómo terminará conformándose. Hay que buscar una alianza sin cerrar puertas, donde partamos de compromisos y de ideas básicas porque si no es realmente muy difícil ya que sería una alianza para ganar una elección y después no se sabe cómo seguir”, definió.

Ante esto, marcó que “no hay que olvidar que vamos derecho a una crisis brutal, la crisis que estamos viviendo más allá de lo económico desembocará en un problema institucional grave, y por eso es vital acordar políticas”.   

En cuanto a la incidencia que tuvieron al interior del radicalismo los problemas judiciales del ex intendente de Paraná, Sergio Varisco, condenado a seis años y medio de prisión por narcotráfico, Carbó argumentó que “es una causa que todavía falta y todo el mundo está esperando lo que se resuelva, porque los procesos judiciales hasta que no terminan, nunca se sabe cómo van a terminar, más en este país” aunque reconoció que “indudablemente la causa de Varisco golpeó”.

De todos modos, planteó que “la gente en la medida en que sepamos conversar, mostrar lo que se está haciendo y mostrar las alternativas frente a lo que está ocurriendo, la mayoría de le gente comprende perfectamente la situación, pero es claro que golpeó”.

Por otra parte, pensando con vistas a las próximas elecciones, el dirigente aclaró que “lo primero que estamos buscando es la recuperación partidaria. Si el partido no va a respetar ni siquiera lo que diga su propio congreso partidario, no sirve como herramienta para el proceso que viene. Por eso en esta instancia hemos puesto el objetivo en lograr que cambie la conducción partidaria y que volvamos a tener un partido más creíble”.

“Creo en la necesidad de que los partidos políticos funcionen. Uno de los principales problemas de la democracia argentina es que los partidos políticos dejaron de funcionar y fueron sustituidos por determinados grupos de poder. Por eso en la medida en que funcione adecuadamente el radicalismo, que fije cuáles son sus objetivos y eventualmente cómo ha de construirse una alianza, recién se podrá hablar de candidatos”, reflexionó.

En ese sentido, admitió que “los tiempos se nos vinieron encima porque las internas partidarias que iban a ser en noviembre serán en abril, y también soy consciente de que no es fácil salir convocar en medio de una pandemia, lo estamos haciendo con esfuerzos por todos lados y tratando a través de los medios, pero por supuesto que también tendremos la vista puesta en las candidaturas y en la búsqueda de la recuperación para llegar al gobierno en el 2023”.

Sobre las formas de lograr esa recuperación del radicalismo, Carbó señaló que “si hay internas por estos objetivos, que haya internas; el partido tiene sus mecanismos y no le tenemos miedo a estos procesos, por el contrario creo que el partido tiene que definir su rol mediante la decisión de sus afiliados, el partido debe decidir si estamos equivocados nosotros o hay otros equivocados a través del voto”. “Es muy difícil llegar por la vía del consenso a tener un partido como planteamos nosotros”, sentenció.

La realidad provincial

Consultado por la realidad provincial, Carbó dijo que “es muy complicada” porque “el gobierno no termina de definir un rumbo porque también juega en consonancia con el gobierno de la Nación, entonces hay una pérdida constante de credibilidad lo que hace que, hasta en las pequeñas cosas, todos nos preguntemos porqué, sin perjuicio de la cuestión económica donde se sabe que la provincia no ha podido pagar la deuda que tiene contraída en dólares”.

“Es una situación complicada donde el gobierno no termina de definir cómo nos estamos posicionando, hay un atraso claro en las cuestiones salariales y por otro lado es muy difícil aumentar salarios. Es muy complejo el panorama, muy atado a la realidad nacional y la realidad nacional es muy difícil de creer porque parece que las prioridades pasan por otro eje que no son las necesidades de la población”, describió.

En cuanto a la realidad de la ciudad de Paraná, dijo que “no escapa a la cuestión provincial”. “Veo muy indeciso al intendente de Paraná (Adán Bahl), no lo veo tomando decisiones claras, en medio de la pandemia lo he visto muy desdibujado, con una ciudad bastante achatada y con mensajes confusos”, afirmó.

“La ciudad aparece como con falta de control por parte de las autoridades, en un gobierno municipal donde el intendente tiene bastante poca credibilidad, por lo menos hasta que se aclaren todas las cuestiones judiciales que lo están envolviendo”, concluyó.