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Frigerio: “Tenía la convicción de que había que apoyar al Gobierno; no es que la vi venir antes que el resto”

“Nosotros venimos apoyando al gobierno nacional desde el principio, porque entendemos que tenemos un Norte compartido”, aseguró Rogelio Frigerio.

“Nosotros venimos apoyando al gobierno nacional desde el principio, porque entendemos que tenemos un Norte compartido”, aseguró Rogelio Frigerio.

En una entrevista publicada en el diario Clarín, el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, trazó una lectura política sobre el presente argentino, el rumbo del gobierno nacional y el rol que le toca a la provincia en ese proceso. Con tono reflexivo, pero cargado de convicción, el mandatario ratificó su apoyo al presidente Javier Milei y sostuvo que “la Argentina que viene tiene que consolidar el diálogo, la responsabilidad y las reformas de fondo”. Su mensaje, más político que coyuntural, buscó posicionar a Entre Ríos como parte activa de una transformación que considera “histórica y necesaria”.

“Nosotros venimos apoyando al gobierno nacional desde el principio, porque entendemos que tenemos un Norte compartido”, aseguró Frigerio, despejando toda especulación electoral. Su argumento se sostiene en una idea de coherencia y continuidad: acompañar al Gobierno “para que le vaya bien al país y a los entrerrianos”. En esa línea, definió el último resultado electoral como una reacción de la sociedad frente al populismo y la demagogia. “La mayoría interpreta que el origen de los problemas está en esas políticas”, sostuvo, aunque advirtió que “todavía hay dudas sobre dónde está la solución”.

Frigerio valoró especialmente la convocatoria al diálogo impulsada por el Presidente tras su triunfo: “Rescato su actitud de convocar a los gobernadores, porque a veces los triunfos son malos consejeros”. En ese punto, apeló a la autocrítica y recordó los errores de Cambiemos en 2017: “En lugar de ampliar la base política, nos encerramos en nosotros mismos”. Esa lección, dijo, lo llevó a priorizar la prudencia y la gobernabilidad antes que las ambiciones personales.

El gobernador describió en la entrevista en el diario Clarín la situación provincial como “difícil y compleja”, en sintonía con el promedio nacional, pero destacó la madurez del electorado entrerriano: “La gente decidió seguir bancando este Norte, el más diferente que tuvimos desde la recuperación de la democracia”.

De cara al futuro, Frigerio proyectó 2026 como el año clave para “las reformas estructurales que la Argentina viene postergando desde hace 30 años”. Reclamó un Presupuesto realista y transparente, donde la política “se ponga los pantalones largos” y determine prioridades sin demagogia. “Si todos los sectores son prioritarios, ninguno lo es”, advirtió.

-¿Qué balance hace de la reunión con el Presidente?

-Fue una muy buena reunión del presidente Milei con su gabinete y los gobernadores. La Argentina que viene y que esperan la mayoría de los argentinos tiene que consolidar el diálogo, la responsabilidad y las reformas de fondo, duraderas y que generen resultados positivos para la ciudadanía. Tenemos la oportunidad histórica y el desafío de hacerlo posible.

-En la política se habla mucho con el diario del lunes. ¿Fue Usted uno de los gobernadores que la vio antes, cuando decidió jugar en alianza con La Libertad Avanza?

-Soy totalmente sincero, no es que la vi antes que el resto. No es así, no hay una clarividencia estratégica en esto. Hay convicción. Nosotros venimos apoyando al gobierno nacional desde el principio, porque entendemos que tenemos un Norte compartido, por más que pueda haber diferencias en algunas políticas públicas. Queremos que al Presidente le vaya bien para que les vaya mejor a los entrerrianos. No hay especulación política, ni personal ni partidaria. Lo que terminó confluyendo en el acuerdo electoral fue esa convicción de que teníamos que estar juntos aquellos que pensamos más o menos parecido acerca del rumbo hacia donde tiene que ir el país. Fuimos consecuentes en estos 22 meses de gestión compartida sobre cuál era nuestro lugar.

-¿Esperaba un triunfo tan fuerte de su espacio en Entre Ríos?

-No. Creíamos que íbamos a ganar, pero no por casi veinte puntos como terminó ocurriendo. Pero si finalmente se ganó en la provincia de Buenos Aires, aunque sea por un mínimo margen, estaba claro que nuestra elección iba a ser muy buena. Parece que la gente, en general en la Argentina, y en particular en los lugares más productivos del país, tiene muy claro dónde está el problema. Todavía quizás haya dudas sobre dónde está la solución, pero me parece que lo que se clarificó estos últimos años es precisamente el origen de los problemas de la Argentina, y la gran mayoría interpreta que están vinculados con las políticas populistas y demagógicas. Y en función a eso, en la elección se votó por no volver para atrás. Y por dar una oportunidad, no un cheque en blanco, a políticas más vinculadas con un Estado que trabaja para generar condiciones para el desarrollo del sector privado. Eso es lo que terminó definiendo la elección.

-Hubo muchos gobernadores surgidos también de Juntos por el Cambio que optaron otro camino y armaron un frente opositor como Provincias Unidas. Usted eligió no estar ahí.

-Es cierto. Pero para ser justos, en muchos de esos casos tal vez el problema no haya sido solo de los gobernadores, sino que hubo alguna responsabilidad compartida y por eso no terminaron yendo en conjunto con el Gobierno. Es algo que el mismo oficialismo admite. Me parece que hizo su autocrítica, y eso es muy relevante.

-¿Por qué le costó tanto al Gobierno hacer esa autocrítica?

-Yo rescato mucho el discurso del Presidente, su actitud de convocar a los gobernadores desde el triunfo electoral, porque a veces los triunfos son malos consejeros. Y lo digo desde la autocrítica de lo que ocurrió con el gobierno de Cambiemos en 2017, del que era parte. Después de ese triunfo, inesperado y categórico, planteé una apertura, una ampliación de la base de sustentabilidad política y no exacerbar la endogamia.

-Y eso no sucedió.

-No. El triunfo de medio término de Cambiemos, lejos de provocar una ampliación de la base de sustentación política del espacio y de nuestras ideas, generó que nos encerráramos en nosotros mismos, y generó condiciones para que cometiéramos errores en en la implementación de ciertas políticas públicas, que fueron desgastando ese capital político que habíamos logrado a partir de esa elección. Tenemos que aprender de los errores del pasado que, además, están bastante frescos, porque no pasó tanto tiempo.

-Desde Provincias Unidas hubo gobernadores que se animaron a pronosticar que iban a poner al próximo presidente en 2027. ¿Fue apresurado?

-Tenemos que ser muy prudentes en en en este contexto tan difícil de la Argentina. La verdad que para 2027 falta un montón. Lo mejor que nos puede pasar a los argentinos es que este gobierno nacional tenga éxito. Y que las políticas que están llevando adelante deriven en un incremento del bienestar de la gente. Y, en consecuencia, esta discusión acerca del reemplazo del presidente va a devenir Lo que se clarificó en estos últimos años es el origen de los problemas, y la gran mayoría interpreta que están vinculados con las políticas populistas” en abstracta. Ojalá así sea, yo trabajo para que a la Argentina le vaya bien, a partir de que le vaya bien al gobierno nacional. Hay que anteponer eso ante cualquier cuestión personal o partidaria. La cosa está muy difícil en la Argentina, por más que se haya reducido la pobreza por la baja de la inflación. Todavía un tercio de los argentinos está abajo de la línea de pobreza, y tenés muchos que están levemente por encima de ese índice.

-¿En el interior se ve esa misma radiografía que a nivel nacional? ¿Qué pasa en Entre Ríos, por ejemplo?

-Entre Ríos se comporta mucho como promedio de de la Nación. La situación es difícil, compleja. Hay problemas con el consumo y con la producción, en la generación de empleo. Y, sin embargo, la gente, con muchísima convicción, decidió, seguir bancando este Norte, que es el más diferente que tuvimos desde la recuperación de la democracia. Yo creo que los entrerrianos entienden dónde está el problema y apuestan por algo diferente, que es lo que está proponiendo el Gobierno y también nosotros a nivel provincial.

-¿Cómo imagina el Congreso que viene? ¿Hay lugar para aprobar el Presupuesto 2026 o sacar adelante reformas como la laboral y la tributaria?

-El 2026 tiene que ser el año de las reformas estructurales de la Argentina. Están dadas las condiciones para que así sea, pero no por la política. Yo siempre creo que las grandes reformas en los países se dan porque la gente es la que está convencida de ese camino, de ese rumbo. Hoy, como nunca antes, la mayoría de los argentinos entiende que no se pueden postergar más esas reformas estructurales que venimos pateando desde hace, por lo menos, 30 años. Tenemos la oportunidad de avanzar en las reformas, las llamadas de segunda generación. Al mismo tiempo tenemos la discusión del Presupuesto, que es clave porque es la ley de leyes y porque hace demasiado tiempo no contamos con un Presupuesto. Es la oportunidad para que la política se ponga los pantalones largos y que sea en el presupuesto donde se determinen qué sectores son los que hay que priorizar. Porque para la política siempre es muy fácil levantar la mano para priorizar sectores sensibles para todos, como el educativo, los hospitales públicos o las personas con discapacidad. Pero para que eso no sea una declamación demagógica o simplemente un discurso electoral, tiene que estar acompañado por una propuesta que explique qué sector deja de ser prioritario. Porque si todos los sectores son prioritarios, ninguno lo es.

-¿Cree en este planteo del Gobierno de trabajar para lograr un consenso con diferentes sectores de la política? ¿O le preocupa que vuelva a cerrarse en sí mismo?

-Así como digo que estamos más cerca que nunca de avanzar en un consenso para plasmar estas reformas estructurales, también digo que eso no está garantizado, que depende en principio del oficialismo, pero también de estos sectores de la oposición que han demostrado en algún momento ganas de acompañar. Si esas ganas continúan y el Gobierno tiene la decisión de hacer una convocatoria en ese sentido, finalmente después de muchas décadas vamos a poder tener un resultado distinto.

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