No obstante las críticas sociales, casi al final de su homilía, el arzobispo agradeció "en la persona de la Presidenta, al Estado Nacional" por destinar "aportes importantes" sin los cuales, según dijo, "no hubiera sido posible regalarles a los argentinos la renovada belleza de esta casa".
Una de las primeras figuras del kirchnerismo en llegar a la basílica fue la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, quien aseguró que "no es para débiles la transformación que hay que hacer todos los días" desde el gobierno.
Visiblemente emocionada, recordó a su fallecido hermano a 10 años del comienzo del ciclo kirchnerista en el poder: "Néstor no sé en qué lugar pero nos está mirando seguro".
Por su parte, el ministro de Justicia, Julio Alak, destacó que a diez años de kirchnerismo "faltan hacer muchísimas cosas" en el país y volvió a cargar contra el Poder Judicial al señalar que "hay que democratizarlo".
En tanto, los ministros de Seguridad y Trabajo, Nilda Garré y Carlos Tomada, destacaron como logros del gobierno kirchnerista la inserción de Argentina en Latinoamérica y la "reconstrucción" del mercado laboral "tras el colapso del 2001 sin esperanzas".
Los funcionarios realizaron declaraciones al llegar a Luján y Garré apuntó que "cuando la presidenta dice que va por más no es como dicen algunos por ser más dura, sino por más inclusión social, más inserción en América Latina".
La Presidenta había acordado con el nuevo arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, que volvería a Luján a participar del Tedeum, luego de haberse ausentado varios años consecutivos de la Catedral Metropolitana en medio de las rispideces con Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, publicó Infobae.