Arzobispo preocupado: en esta edición de la revista <b>ANALISIS</b>, el ocaso de monseñor Puíggari y las duras declaraciones del cura Tovar sobre Ilarraz, exigiendo su inmediata comparencia en Tribunales

Para quienes conocen a monseñor Puíggari al dedillo y desde siempre, sus movimientos no son diferentes a los que hacía cuando era prefecto del Seminario Mayor o bien rector del establecimiento. “Bajo perfil, poco contacto con la gente, con los mismos curas y reuniones reservadas, con acuerdos de igual tenor”, dicen en ámbitos eclesiásticos. La frase sería una buena síntesis respecto de los días de monseñor Juan Ignacio Puíggari, arzobispo de Paraná desde fines del 2010. Hay quienes recuerdan que su vida pastoral fue idéntica: siempre en el Seminario, sin contactos con nadie, sin importarle demasiado lo que sucedía en la vida cotidiana detrás de los muros del amplio establecimiento y siempre enrostrando, a quien fuera necesario, su estrecha vinculación familiar con altos personajes de la política nacional o de la propia Iglesia. En esta nota, las preocupaciones de Puíggari por el Caso Ilarraz y las dudas sobre su actuación.

En la misma línea, una entrevista con el cura Leonardo Tovar, uno de los sacerdotes que en absoluta soledad, en septiembre de 2010, denunció los abusos cometidos por el padre Justo José Ilarraz a numerosos seminaristas. Santafesino, de origen justicialista y siempre con una reconocida tarea social en Villaguay -donde estuvo antes- o ahora en San Benito, Tovar exige respuestas, que no se oculte la verdad y reclama por la detención del cura abusador. En un extenso diálogo con ANALISIS, reconoció que “muchas veces pensó en renunciar al sacerdocio”, agobiado por el dolor y la impotencia de los hechos y exigió justicia para el cura Ilarraz. “No tengo dudas que es culpable de los hechos denunciados”, afirmó. Por eso fue que le exigió al sacerdote abusador que “se presente ante la justicia, reconozca los hechos y acepte la condena”.

En la nota de análisis político, Los efectos no deseados: los sucesos políticos suelen ir más allá de las intenciones de sus protagonistas. Habitualmente las cosas se conjugan de modo tal que ciertas realidades, en definitiva azarosas, son envueltas con palabras que las presentan como el resultado de acciones cuidadosamente planeadas. Algo de eso, de escenarios que se construyen producto de una delicada combinación de intención, reacción y fortuna, se advierte en la reactualizada discusión sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, las reformas impositivas o la interna radical. La política, mofándose de quienes pretenden tener todo bajo control, se empeña en ser la dinámica de la impensado.

Además, a un año desde que asumió Blanca Osuna al frente de la Municipalidad de Paraná, la ciudad sigue complicada en tema de infraestructura. La ex legisladora trituró al Sindicato Unión de Obreros y Empleados Municipales (Suoyem) con la intervención, paralizó a los otros dos gremios sumando sindicalistas a su gobierno y -aunque le crispe la idea- dejó de hablar de la herencia. Eso le ha permitido transitar este primer año de gestión sin demasiados sobresaltos. Sin embargo, el granizo le cayó por otro lado: en los últimos meses se desbarrancó la plata que viene de Nación y la inflación está pegando fuertísimo en una franja asalariada que suma un atraso sustancial en su poder adquisitivo. La basura sigue haciendo montañas en el “Volcadero de la vergüenza”, las cañerías explotan a cada rato y los pozos afloran en ramilletes, profundizando cada vez más una foto que data de la época de las carretas. El gobernador quiere una capital en serio pero dilapidó los cuatro años de la gestión anterior por cuitas de la interna peronista y ahora se viene con un estadio de 400 millones de pesos. Desde el propio entorno de la intendenta deslizan dudas sobre la calidad de los funcionarios que la rodean -con sus excepciones, por cierto- y ansían que el 2013 -con elecciones a cuestas, claro-, la copa derrame hacia la ciudad capital porque, por lo pronto, a Paraná le faltan hechos y le sobran enunciados, sobre todo cuando ya se consumió el 25 por ciento de la gestión.

Páginas más adelante, Monsanto avivó un grano que no manipula ni patenta: en pleno 2012 volvió a hablarse aquí del agente naranja genocida. Grupos de vecinos entrerrianos le acaban de avisar al gobierno que estamos en problemas graves, que no se pueden ocultar con fingida indiferencia. Volvió a hablarse aquí del agente naranja genocida, y en la pelea que se avecina los asambleístas aseguran que no hay retirada, menos con la última inquietante noticia sobre los efectos del maíz genéticamente modificado. El régimen Monsanto está en el centro del debate. ¿Cómo zafar? Esta semana la movilización social encendió una luz amarilla por la proliferación de semillas con manipulación genética y riegos químicos, y las próximas semanas serán clave para el Congreso. ¿Cuáles son las razones y las novedades que recrudecen la beligerancia?

Las diez preguntas de este jueves a Pablo Canali. Para el intendente de San José, lo que más le gusta de la ciudad es que “tiene mucha gente con muchísimas ganas de trabajar por el progreso de todos”. Considera que la función pública le da la “oportunidad de hacer cosas por la ciudad, la gente y la comunidad”. Está casado y tiene tres hijos -Brunela, Valentina y Francisco-, con quienes comparte su tiempo libre, aunque a veces se siente un poco ausente por el tiempo que le insume la política.

También un informe sobre las proyecciones presupuestarias oficiales que suelen ser una maraña de números. Con la reciente sanción del Presupuesto y Tributaria 2013 para Paraná, se aprobó asignar facultades extraordinarias a la Intendencia para reasignar partidas. La oposición cuestionó esta delegación de poderes del Concejo Deliberante al Ejecutivo Municipal e hizo un repaso sobre los números oficiales. La proyección establece un 20 por ciento de aumento de las tasas y la aplicación de un índice de actualización tributaria semestral. De los ingresos previstos, un 47,70 por ciento es por fondos propios, el resto por coparticipación provincial y nacional. En cuanto a la obra pública, se destinaron 129 millones de pesos, frente a los 141 millones para 2012, aunque se recordó que para este período sólo se ejecutaron 75 millones de pesos. También se previeron fondos para un total de 5.750 agentes municipales.

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