Los locales apostaron a atacar por la banda derecha, lugar por el que llegaron dos veces a través de centros de Pablo Pérez y Cristian Díaz. La Lepra, por su parte, asumió el protagonismo pero le faltó profundidad. De hecho, iba y era superior pero se descuidó, quedó dos veces mal parado y lo pagó caro. El Picante Pereyra habilitó al Cuqui Silvera que marcó su primer gol con la camiseta Celeste a los 30 minutos. Siete minutos después, el propio Picante aumentó la ventaja (después salió lesionado) que, por lo hecho por cada equipo no era justa.
Los de Martino siguieron buscando y Noir estuvo cerca de descontar. Es cierto que el juez ignoró un codazo de Claudio Pérez a Pablo Pérez cuando el volante estaba dentro del área, pero eso no es atenuante para la pobre imagen que dejó el equipo del Tata Martino.
En el arranque de la segunda mitad los rosarinos siguieron marcando mal, circunstancia que no pudo ser aprovechada por Belgrano que, a los dos minutos casi mete el tercero tras un centro de Grana que Giménez no pudo conectar. Los visitantes le cedieron campo y pelota a los locales en una clara estrategia de aprovechar alguna otra contra que le permitiera cerrar el partido.
Con el pasar de los minutos Newell’s se fue desesperando, su gente se impacientaba, el aliento inicial se transformó en murmullo, siendo despedidos al final con silbidos. Los de Zielinski jugaron el segundo tiempo con total tranquilidad, justificaron su victoria y, siguen sumando para engrosar su promedio, publica Olé.