El seminario iba a costar cien pesos, curiosa manera de introducir un “tratamiento” que cuesta 1200 dólares para casos específicos. El frontal repudio que recibió el seminario hizo que se transformara en gratuito y se reimprimieran los folletos y materiales gráficos a contrarreloj. Los tres días de conferencias y talleres con nombres como “La Intención de Dios para Nuestra Sexualidad; Cómo la Cruz carga con nuestro pecado” y “Superando la Adicción Sexual” dejaron pocos lugares comunes sin tocar. Los anfitriones eran Mauricio y Daniela Montion, el autodenominado Ministerio Restauración Argentina, junto a Claudia Di Liddo y Julio Adi.
El “ministro” Mauricio se puso como ejemplo del éxito de su receta y se presentó como un “homosexual recuperado” que dejó la “desviación”. “Fui abusado sexualmente durante siete años, por varias personas de mi barrio. Estas fueron mochilas tremendas que creí que iba a tener que cargar solo. Hasta que descubrí que no todo el peso era para mí. Mi madre, para aliviar el dolor de su corazón, se alcoholizaba. Mi padre tenía otra mujer. Todas estas cosas me predispusieron para que yo desarrollara pautas para relacionarme de manera distorsionada. No en la manera en la que Dios quiso. Desde muy temprano comencé a relacionarme, emocional, afectivamente y sexualmente, con personas que no son las que Dios estableció.”
Este “Primer Seminario de Restauración Emocional, Relacional y Sexual. Compasión y esperanza para los quebrantados” sigue contenidos que ya dieron lugar a verdaderos escándalos en otros países. Hasta se dio la situación de que la Organización Éxodo, una entusiasta impulsora del tema, lo dejó de lado por la completa falta de resultados. Pero los ministros con sede en Kansas siguen actuando en Australia, Reino Unido, Finlandia, Lituania, Países Bajos, Filipinas, Suiza y Estados Unidos.
En Argentina, la movida de Aguas Vivas fue repudiada por el Inadi, la Federación Argentina LGTB, la AllOut.org (con más de 46.000 adhesiones) y la Comunidad Homosexual Argentina. El centro de las críticas fue que el seminario patologiza las elecciones sexuales y los “tratamientos” incluyen agresiones psicológicas que han causado serias depresiones y suicidios.
En la web, los pastores aclaran que los “quebrantos” son principalmente “la homosexualidad y el lesbianismo no deseados”. Pero en el seminario se hablaba constantemente de “relaciones erróneas” o “en estado de caos”. Las consecuencias del “quebranto” son un intenso sufrimiento para el pecador y su familia y el alejamiento del “sendero que Dios pensó para todas sus creaciones”. Entre los síntomas se cuentan la masturbación exagerada y el consumo compulsivo de pornografía gay.
Como la Ley de Salud Mental prohíbe cualquier tipo de terapia de orientación sexual, los ministros se cuidaron de usar la palabra “curar”, reemplazada por “restaurar”. De hecho, aparecieron en televisión jurando que su trabajo se dirige a quienes hayan sido abusados. Estos cambios de lenguaje hicieron que las organizaciones LGTB suspendieran la movilización marcada para ayer. Cecilia Dumón, de la Federación Argentina LGTB, explica que “a partir de que el seminario se transformó en gratuito, más compañeros pudieron ‘infiltrarse’ en los talleres para discutir frente a frente, pero con respeto”. Sí hubo una volanteada con folletos que “son parte de una campaña de sensibilización y de celebración de la diversidad. Es una acción bastante pacífica. Decidimos llevar nuestra ofensiva por esta vía porque nuestros referentes fueron escuchados por los medios y eso generó un impacto positivo y un consenso social favorable para nosotros”, publicó Página/12.
Juan Carlos, presidente de la Comunidad Homosexual de Entre Ríos, agregó que “frente a sus promesas de curar la homosexualidad, que no son más que mentiras para sacarle plata a la gente, muchos medios de acá empezaron a criticar esta farsa. Eso provocó una ola de repudio que hizo que moderaran, por lo menos públicamente, algunas de las barbaridades que decían. Pero está claro que lo que necesita una cura es la homofobia”.