
A un auto lo dejaron como colador, luego de que dos maleantes se ensañaran disparando una pistola con silenciador. Tres tiros fueron a dar contra otro coche.
Según su versión, “Sebastián se encontró con los vidrios rotos por los balazos, con dos agujeros en el metal y de acuerdo con lo que le dijeron, habrían pasado disparando contra otro auto al que le acertaron varios tiros”, referenció.
Por este motivo, El Diario intentó obtener mayor información en la Comisaría Octava, que corresponde a esta jurisdicción y este domingo, tras ser atendido telefónicamente el cronista por alguien que estaba a cargo de la guardia de esa dependencia, ese alguien se mostró intrigado por la pregunta y consultó en voz baja a otros funcionarios, tras lo cual definitivamente contestó “acá no estamos enterados de que haya pasado nada, no nos han informado y no hay ningún vehículo secuestrado con impactos de bala”, respondió, ya que ese había sido otro de los interrogantes periodísticos, si se había detenido a alguien o secuestrado algún vehículo, analizando que de haber ocurrido semejante balacera, se estaría quizá peritando el coche atacado.
Sin comentario
Ante la total inexistencia de, al menos un comentario extraoficial, o que alguien reconozca haber escuchado una versión, y ya sintiendo la sensación de que la historia comentada por la mujer bien podría haber sucedido en otra ciudad, o ser una simple alucinación, se optó por buscar otra fuente.
Fue así que intentando encontrar una respuesta oficial, este medio se comunicó luego con la sede de Prefectura Naval con asiento en Paraná, desde donde se admitió que se habían realizado actuaciones por un hecho violento en la madrugada, pero que no estaban autorizados a informar, aduciendo que el único que podría llegar a tener algún dato era un prefecto de apellido Comas que no se encontraba en el edificio y que de llegar a encontrarse, era muy relativo lo que podría llegar a brindar públicamente, ya que tendría que solicitar autorización al jefe de Prefectura que en esta jornada no se encontraba en su oficina.
Con todo este aliento en pos de conseguir la noticia, el cronista resolvió regresar a la fuente inicial y a través de ella intentar localizar al dueño del auto, que, en principio sólo le había comentado el hecho a su madre, que fue la que decidió que la balacera se conozca públicamente.
La víctima
Felizmente, el número del teléfono de aquella persona que llamó a tempranas horas había quedado registrado tras la primera comunicación y luego de insistir durante toda la jornada, se logró recuperar la charla. “Lo que pasa es que le envié ese mensaje tan temprano por la desesperación y la bronca, porque mi hijo tiene 20 años, trabaja todo el día, toda la semana y sale un sábado a un boliche y gracias a Dios no estaba en el auto, porque lo podrían haber matado”, expresó la mujer.
A pedido de ella, el dueño del coche, Sebastián Eurich, accedió a hablar con El Diario y contó que “yo estaba en el boliche Mummy y ya me estaba por ir y cuando busqué en los bolsillos me di cuenta de que no tenía la llave de mi casa. Pensé que la había perdido, fui hasta el auto y las encontré. Me volví para quedarme un rato más y a la media hora salgo y había gente de Prefectura rodeando mi auto, que tenía los vidrios rotos y dos agujeros de bala en la puerta del acompañante. También estaban trabajando sobre un Suzuki Swift negro que estaba al lado. Ahí me entero que habían pasado dos tipos en una moto enduro, con llantas amarillas y que no les importó si había gente o no y empezaron a tirar con una pistola con silenciador. El trapito que estaba al lado de los autos salió corriendo y la gente no entendía lo que pasaba, según me dijeron. Después arrancaron la moto y se fueron como si nada”.
“A mí me llevaron para Prefectura para tomarme declaración y me hicieron esperar hasta las 10 de la mañana. Parece que de los que estaban no había quién se hiciera cargo de la declaración y cuando llegó el que me la tenía que tomar, vino de civil y me explicaron sus compañeros que había llegado recién del boliche y me parece que no estaba en condiciones óptimas”, evaluó el joven.
Finalmente contó que “por lo que pude saber, la cosa era entre los de la moto y el del auto negro. Me dijeron que parece que era por un ajuste de cuentas o una deuda de plata y que los de la moto serían de Paraná V. Lo que sé, por lo que me dijeron ahí en la calle, nadie los persiguió. Los de la Comisaría Octava vinieron, me tomaron el nombre, el número de documento y se fueron”, relató.
Fue a bailar y terminó barriendo
“Fui a disfrutar una noche y terminé esperando para declarar hasta las 10 de la mañana. Cuando salí, había pedazos de vidrio que habían caído a la calle por los balazos y los de Prefectura me hicieron barrer los vidrios y tirarlos a la basura”, dijo a El Diario Sebastián Eurich, ironizando su malograda salida.
*El Suzuki Swift negro fue el destinatario de la balacera, en la que el auto de Sebastián, que estaba al lado, también fue afectado.
(Foto: El Diario)