Por el escenario mayor paso El Canoero acompañando a Los Ches y también Marcos Pereyra, Franco Giaquinto y Antonio Tarrago Ros invito a cantar “Carito” a Marcos Pereyra en el cierre de una noche de sábado fantástica en Diamante.
En la primera luna de la fiesta gaucha, las tropillas pisaron el campo Martín Fierro, y sobre el escenario Carlos Santa María se destacaron Los Tekis y El Canoero.
El cantautor de las islas Lechiguanas deslumbró y cautivó el público, y reconoció a Diamante como el lugar que lo vio nacer como artista. “A esta ciudad le debo la vida”, expresó.
En cuanto al consagrado grupo folclórico jujeño que supo estar en ediciones anteriores de este Festival, volvió con entusiasmo a ofrecer su música y su canto. Sebastián, de Los Tekis, recordó que llegaron a Diamante por primera vez, siendo muy jóvenes y desconocidos.
En ese entonces conformaban un grupo instrumental ansioso de recorrer escenarios y ser reconocidos por el público. Para ellos el Festival de Diamante era lo más grande que les podía pasar. “Fue como un impulso a lo que luego nos sucedió”, aseguró.
Los payadores del festival son Uberfil Concepción y el Tapa Chaná; los animadores Miguel Gómez (San Cristóbal, Santa Fe) y el Chano Izaguirre (Victoria, Entre Ríos); y los apadrinadores Juan Carlos Viganoni y Pedro Kreik, consignó Diario Victoria.
En tanto, Amandayé, un grupo que nació el 6 de octubre de 1998, oriundos del Taragüí, Corrientes, los músicos volvieron después de varios años al Festival Nacional de Jineteada y Folclore y destacaron el crecimiento del evento.
“Estamos muy contentos de estar en Diamante. Vinimos hace muchos años y esto era grande, pero ahora es impresionante”, dijeron.
Amandayé significa “lo que dice la lluvia”. Así llaman al antiguo rito de los guaraníes de juntarse a escuchar la lluvia y a partir de ese hecho sonoro interpretar el mensaje que ella traía para su pueblo.
Amandayé aporta al cancionero de una música con personalidad definida como es el chamamé, temas de autoría propia y busca su identidad y estilo en la armonía vocal y en el diálogo instrumental, sin dejar de lado la autenticidad de los mayores referentes.