La decisión de la Justicia es preliminar, y se basó en que una crítica a la prisión preventiva debido a que los supuestos crímenes que se le imputan ocurrieron entre los años 2011 y 2015. Además, el ex presidente no ocupa en la actualidad ningún cargo de relieve que haga plausible el riesgo de delinquir si es liberado.
El político fue arrestado el pasado 21 de marzo, después de que la Fiscalía lo acusa de beneficiarse de sobornos pagados por diferentes empresas y de ser el principal líder de una organización criminal que desvió cerca de 500 millones de dólares de recursos públicos durante 40 años.
Temer asumió el poder en mayo de 2016, cuando comenzó el proceso que llevó a la destitución de la entonces mandataria Dilma Rousseff, con quien ejercía como vicepresidente, y el pasado 1 de enero le entregó la banda presidencial a Jair Bolsonaro.