Por Sergio Abelardo Del Canto (*)
Socio encadenado al fracaso del mal llamado Peronismo Federal, arrinconado por su propio egoísmo que le impide reconocer los aciertos del gobierno nacional y provincial, Busti se interna desde la soledad y el sinrumbo de Nación que respira, en un camino que lo llevará en cualquier momento a ensayar la torpe y amarga consigna: “somos tan amplios que voten a cualquiera en la nación”. Traducido esto al lenguaje de la política sin dobleces, significa triste y brutalmente que el destino del país poco le importa.
El proyecto nacional en marcha, como pieza genuina de la razón de ser del Peronismo, no sólo ha plantado el bienestar del pueblo argentino como objetivo irrenunciable, sino que lucidamente está forjando la escala de intereses en el orden histórico que corresponde: primero, la suerte de la Nación y de su pueblo, y último las ambiciones personales. Muchos no lo han entendido, pero la realidad los hará entender. Para colmo, la provincia, esta maravillosa Entre Ríos que le dio al bustismo tantos placeres y le toleró agachadas, hoy descubre que hay dimensiones ciertas para encontrarse con lo mejor de sí, y no conformarse con el mal menor. Los entrerrianos comenzamos a saber que hay vida en serio por encima de las mediocridades a las que fuimos sometidos.
(*) Ex secretario de Gobierno del municipio de Gualeguaychú.