En marzo se cumplirá un año desde que la ONG La Tribu del Salto se dio a la tarea de recuperar un espacio altamente degradado: el tramo del arroyo La Santiagueña que corre a cielo abierto entre Nogoyá y Moreno, bordeando el Parque Berduc.

Se trata de un grupo de vecinos de la zona y de otros barrios de la ciudad, jóvenes y artistas que empezaron a limpiar de basura los taludes, y a reforestar. La basura la clasifica y se vende para comprar elementos de trabajo como guantes y herramientas, y asimismo han hecho objetos de material reciclado.

Otro de los hitos de la actividad este primer año de trabajo fue la creación del museo de la basura, que tiende a crear conciencia acerca de los tipos de material y el tiempo que tardan en degradarse. Este museo será remodelado en breve.

El desafío ahora es lograr la eliminación total de las descargas cloacales clandestinas, tanto las que se realizan directamente al arroyo como las que desembocan en la red de desagües pluviales que indefectiblemente van a parar al arroyo. En este momento, la ONG está exigiendo por la vía administrativa a la comuna que empiece a trabajar en la detección de conexiones y la intimación a los vecinos para que regularicen la situación. La Tribu del Salto está decidida, incluso, a recurrir a la Justicia por el derecho a vivir en un medio ambiente sano.

De acuerdo con la investigación que encaró La Tribu del Salto, la cuenca del arroyo está delimitada por calles Ramírez, Carbó, San Martín y río Paraná. “Dentro de estos límites, cualquier gota de agua derramada termina en el arroyo”, precisó Juan Manuel Pauletti, miembro de la asociación civil. “Cualquier casa dentro de estos límites, en este momento está afectada por la contaminación de las cloacas que descargan en el arroyo”, sostuvo Pauletti.

Del arroyo suelen emanar olores nauseabundos que los vecinos sospechaban se debían a las descargas de los baños con salida directamente al curso de agua. La Tribu del Salto encargó entonces estudios de laboratorio de las aguas, para corroborar la sospecha. Los resultados dieron positivo. Con esos papeles, elevaron una nota a la Intendencia de Paraná para que ésta encare la pesquisa de las conexiones cloacales clandestinas, y exija a los responsables la correcta conexión a la colectora. Es una tarea que le corresponde al Estado.

“Para fundamentar el pedido a la Municipalidad, recogimos muestras de agua del arroyo en calle Nogoyá, Moreno y Laurencena y las mandamos al laboratorio. Se encontró una cantidad concreta de material biológico humano, efluvios cloacales. Es decir que tenemos la comprobación científica de la presencia de conexiones cloacales clandestinas –que descargan en el arroyo-. Adjuntamos estos análisis al pedido formal que se hizo a la Municipalidad”, precisó Pauletti en diálogo con El Diario, que informó que no han recibido aún respuesta desde el municipio.

En la carta que la ONG La Tribu del Salto eleva al Ejecutivo comunal se solicita “un relevamiento de conexiones clandestinas, lo que sería la verdadera solución al problema. Es lo mismo que se propone para el Riachuelo”, comparó Pauletti, en relación con las acciones que se están llevando adelante en la ciudad de Buenos Aires para frenar la contaminación por efluentes clandestinos de empresas y fábricas. En Paraná el trabajo sería a escala doméstica.

“Se debe intimar a estos vecinos –que vuelcan los líquidos del baño a los pluviales o al arroyo- que se conecten a la red cloacal del municipio y donde no haya red cloacal, que las ejecute la comuna, para poder sanear la cuenca”, señaló el joven ecologista. Precisó que quienes tienen la descarga del baño vinculada con la red pluvial también están en infracción, porque esas aguas llegan al arroyo. La ONG ha elevado la primera nota al municipio en el mes de diciembre de 2011; como no recibieron respuesta forma transcurridos 20 días, han vuelto a formular el pedido finalizado el receso administrativo, ya en enero.

“Todos los meses seguiremos analizando el agua del arroyo, hasta que comprobemos que está limpia. No vamos a dejar de hacer el control de calidad del agua. Si la comuna no responde, iniciaremos un proceso judicial por el derecho a vivir en un ambiente sano garantizado por Constitución”, dijo.

“El municipio se debe encargar del estado de salud de la cuenca, y esto no se está cumpliendo, lo demostraron los análisis del agua. Estamos respirando el olor de nuestras propias cloacas, es lamentable”, finalizó diciendo Pauletti.

Objetivos

En el mes de marzo de 2011 se lanzó la primera convocatoria a los ciudadanos de Paraná a sumarse a la limpieza del arroyo La Santiagueña, que estaba siendo vertedero de residuos sólidos pero también sigue siendo víctima de efluentes cloacales. La ONG que está al frente de las acciones de saneamiento del arroyo se denomina La Tribu del Salto, porque El Salto era el nombre del sector de este arroyo que corre paralelo al Parque Berduc, de gran belleza natural, y que se disfrutaba como un lugar de recreación antes de que cayera en las deplorables condiciones en que se encuentra desde hace años.

Los vecinos del lugar y ciudadanos de otros barrios se convocaron entonces para empezar a limpiar a pulmón ese sector del arroyo. Lograron que en las laderas, otrora cubiertas de basura, creciera la hierba natural de la zona, y empezaron a juntar y clasificar decenas de kilos de residuos. Construyeron muebles y objetos creativos con lo que recuperaron de la basura.

Museo

En el lugar se montó inclusive un museo de desechos, donde se han dispuesto elementos de diferentes materiales encuadrados (zapatillas, botellas plásticas, tetra briks, recipientes de lata, como desodorantes de ambiente, etcétera) y en los que se consigna la cantidad de años que tardan en degradarse. Esos materiales están enmarcados y expuestos en El Salto y ahora la asociación civil se apresta a remodelarlo, apelando a las imágenes que se tomaron en el lugar. Por esa razón, preparan un nuevo diseño para los cuadros.

Conexiones

Los vecinos de El Salto pusieron como ejemplo de pesquisa de conexiones cloacales al trabajo que se está haciendo en la cuenca del Riachuelo: durante décadas se arrojaron contaminantes peligrosos al curso de agua. En la ciudad de Buenos Aires existe una Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), que trabaja inspeccionando y sancionando a quienes descargan sus efluentes allí. Entre las últimas noticias vinculadas con este tema, se puede leer que se detuvo a un empresario de curtiembre acusado de contaminar, y se clausuraron varios locales, entre ellos un hipermercado.

Una de las notas destacadas está vinculada con un novedoso sistema para detectar conexiones clandestinas: un robot llamado Wall-E está relevando el terreno para la detección de conexiones clandestinas en desagües pluviales.

“El robot es introducido en el desagüe, con máquinas especiales, y filma los efluentes que se vierten para detectar si existen descargas ilegales. Al mismo tiempo, cámaras de video registran las imágenes en forma remota. Si se logran detectar, las conexiones ilegales se identificarán mediante la toma de muestras en la empresa y luego se realiza un análisis químico, para así poder establecer el origen de los efluentes”, según informa la página oficial de Acumar.