Ezequiel Re
(especial para ANALISIS DIGITAL)
Viendo el vaso medio lleno habrá que decir que pese al mal comienzo con un empate y una derrota, el certamen recién camina por sus primeros tramos y sin dudas que a este equipo nuevo, le falta rodaje y juego. Los pesimistas dirán que es un equipo de profesionales de primer nivel, bien pagos, y que una cosa sería esperar a los valores del club que venían siendo titulares o alternando (Minetti, Almada, Comas por ejemplo) y otra muy distinta esperar a Martínez, Caire, Orfano, Arraya y sigue la lista.
No todo hizo mal Patronato en Mendoza. Se plantó bien en la cancha con el esquema 4-4-2, asfixió bien con los doble cinco, adelantó las líneas y contó con alguna que otra chance de gol. Pero como no fue claro con los carrileros los errores llegaron con los cambios desde el banco buscando esos tres puntos necesarios para mirar desde arriba como se pelean los de abajo.
Y salió mal la jugada porque los desbordes no fueron tal y las chances de gritar gol se esfumaron con el correr de los minutos. Al contrario, en este fútbol de ensayo-error, los mendocinos metieron nuevas fichas en cancha que derivaron en la victoria. Entonces las caras largas de Mendoza a Paraná y de Paraná al Grella en los próximos entrenamientos.
Los feos números dicen: un punto de seis, cero gol a favor, dos goles en contra, dos expulsiones en dos partidos y jugadores en bajo nivel. Bogino atado en la última línea (roja incluida), los marcadores laterales inexpresivos, tanto como Orfano pero no más que Arraya. El resto en un ida y vuelta tibio entre buenas y malas.
Por lo tanto ganar es el mañana urgente, sino no habrá lindo futuro. Quedan esas cartas futboleras finales de Caprari y Grazzini para darle fútbol y potencia a un equipo desdibujado con un esquema de aguante, pero poca profundidad. Y aguante hasta ahí nomás.
Se pone la mochila en la espalda Fuentes, aunque si el peso se lo reparten entre todos, la búsqueda de un esquema aceitado sería más liviano.
Hoy por hoy muchas dudas y pocas certezas. Ante Temperley el domingo, la posibilidad de sonreír y empezar a cambiar la mueca de fastidio actual.