Le costó y mucho a Sionista poder imponer su ritmo, su estilo y sus ideas de juego. Luchó más de lo que jugó y hasta corrió más de lo que pensó, tuvo sacrificio pero no oficio, entonces, en este contexto, todo fue muy burocrático y nada simple.
Arrancó bien, después se cayó en un pozo y posteriormente apeló a la lucha como para recomponer la imagen y lograr mantenerse en juego. Algunas desconcentraciones defensivas y fundamentalmente problemas para tomar los recobres en su canasta fueron los problemas más notorios que mostró el elenco visitante y lo que le generó dolores de cabeza.
Pisó fuerte en los primeros instantes y se puso 13 a 8 arriba. Y de estar bien pasó a estar mal. Un parcial de 13 a 0 para el dueño de casa lo puso arriba por 21 a 13, la máxima que sacaron los bandeños en estos primeros 20 minutos. A Sionista le anotaron mucho y a su vez le costó enormemente poder hacer lo mismo del otro lado.
Las complicaciones no se quedaron ahí, Matías Sandes se sintió perseguido por los árbitros y se cargó de faltas. En sí, su tres faltas personales en el primer tiempo se sintieron y mucho. El personal en Sionista bajo las tablas no sobra, sino por el contrario, escasea. Encima, un gravitante Jaime Lloreda puso en manifiesto este inconveniente. El panameño trabajó bien en la zona pintada y se hizo sentir.
El pívot, bien acompañado por un siempre peligroso Eduardo Villares, fueron los mejores en el local, que sin sacar grandes diferencias se fueron al descanso 48 a 43, da cuenta El Diario.
Las intermitencias y las desprolijidades no permitieron que Sionista encontrara la regularidad suficiente como para mostrarse más fuerte. Problemas para defender con intensidad y falta de claridad para atacar con eficiencia hicieron que la visita tuviera rachas de todo tipo.
Gozó de un buen momento y se puso a tres puntos, pero de repente se durmió y pasó a perder por ocho unidades (61 a 53) y después a 11 (66 a 55). Sioni se mostró nervioso y se fue del partido.
No solamente por limitaciones propias sino porque además se sintió perjudicado por el arbitraje de la dupla Pablo Estévez-Rodrigo Castillo. Una técnica a Juan Locatelli y otra a Sebastián Svetliza por protestar hizo que el elenco paranaense perdiera la línea (70 a 57).
A pesar de los problemas, con ganas y algunos recursos individuales Sionista se ilusionó cuando se puso 73 a 66, ya en la recta final. Aquel descuento sirvió para darse cuenta que las adversidades no fueron impedimento como para intentar revertir el panorama.
El Centro se puso ahí, a cinco puntos (80 a 75), después a cuatro (89 a 85). Y cuando todo parecía perdido, un triple y falta de Villegas, más un doble de Cequeira en la última jugada le dio el increíble empate en 96.
Con Villegas encendido, con Cequeira decidido y con el carácter a pleno, Sionista entró con todo en el extra y no solamente dio vuelta el marcador, sino pasó arriba 105 a 98 a poco más de dos minutos para terminar. Desesperado, el local se equivocó seguido, la visita lo aprovechó muy bien y así festejó un triunfo inolvidable.
Foto: Pasión y Deporte.