Andrade y Bértoli, en la cancha de Boca, en uno de los tantos partidos que compartieron con la casaca de Patronato.
El retiro de Walter Andrade generó un cimbronazo en el Mundo Patronato y dejó en segundo plano la noticia de que Gustavo Álvarez seguirá siendo el técnico del equipo en la próxima temporada del fútbol de Primera División, ahora en su versión de Liga Profesional. El Negro jugó 15 años en el Santo y lo hizo bien de abajo, pues comenzó en la Liga Paranaense de Fútbol y llegó, ni más ni menos, que a la elite del fútbol argentino. En este camino su más grande compinche fue Sebastián Bértoli, el ídolo Rojinegro que un año atrás también decidió cerrar su camino como futbolista profesional.
El Seba y el Negro compartieron una entrevista y dejaron sus sensaciones. “Estoy muy contento de verlo en paz a mi amigo, hermano, mi compadre porque anoche tuve la oportunidad de hablar con él y me llamó para comentarme su decisión desde lo más noble que es él, su persona, la honestidad que lo caracteriza, de la nobleza que se entregó al club y con esa misma actitud decidió ponerle punto final a su carrera con todos los objetivos cumplidos y con mucho recorrido transitado”, dijo el ex arquero en el programa Buenas Noches, de Canal Once.
“El era el representante de esa camada que nos quedaba de esos jugadores que iniciamos el trabajo sucio para poder disfrutar de Primera División hoy y la verdad después que hablé con él me quedé muy tranquilo porque lo sentí en paz y con objetivos. Es una persona de la que hemos hablado tanto y el ya tiene su objetivo de vida”, agregó el ex capitán del Santo.
Bértoli y Andrade compartieron muchos años en el club, pasando todo tipo de situaciones y logrando cosas muy importantes para el Rojinegro. Al respecto Bértoli manifestó: “La vida continúa y se empieza a disfrutar de otras cosas, te han llenado de mensajes emotivos y eso es genuino de la gente y eso es lo que hay que valorar. A nadie le pediste que se haga un tatuaje, y todo eso lo lograste con mucho esfuerzo, yo soy testigo de cuándo Murúa te hacía volver corriendo porque estabas gordo (risas) y soy testigo de ese camino que tanto recorriste”.