Eliezer Budasoff
“No los une el amor sino el espanto. Será por eso que les temo tanto”.
Juan Sasturain
I
En el centro cívico de Asunción del Paraguay, frente al Congreso de la Nación, hay un tanque de los “Vickers ligeros” -una serie de blindados anterior a la Segunda Guerra Mundial-, que fue puesto como monumento. Se trata de uno de los tres tanques de guerra que Bolivia usó contra el Paraguay en la guerra del Gran Chaco: los bolivianos los recibieron como parte de un acuerdo de tres millones de libras esterlinas que habían firmado con la corporación inglesa de armamento, mientras se preparaban para la guerra, y un equipo de instructores alemanes les enseñaron a usarlos. Entonces, Bolivia tuvo el dudoso honor de ser el primer -y hasta hoy el único- país sudamericano en utilizar tanques en batalla en una guerra abierta declarada contra otra nación en suelo sudamericano. Los paraguayos, que eran demasiado pobres, y apenas si podían equipar a su ejército con armas de mano, montaron una cuadrilla especial y fueron a la caza de los tanques con el cuerpo. Buscaban el modo de detener el tanque y lo sitiaban hasta que sus conductores se dieran por vencidos. De los tres tanques, uno fue destruido, y dos capturados. Uno fue devuelto a Bolivia, y el otro fue puesto allí, en Asunción, como emblema, en una plazoleta que separa el Congreso de una villa miseria. El motivo de que el tanque esté como monumento, explican los paraguayos, es recordar que nunca debe haber guerra otra vez entre países hermanos. Pero, por las dudas, alguien se encargó de actualizar el blindado con un detalle significativo: los cañones apuntan derecho hacia la legislatura.
II
La madrugada del 25 de mayo de 2006, la Policía detuvo con disparos de armas de fuego y pistola en mano a tres jóvenes, acusados de decorar el monumento al tanque de guerra ubicado en la ruta 11, en el ingreso de Oro Verde. El acta de inspección policial de esa noche es increíble: “…El cañón se encuentra pintado con diversos colores sobre el color militar originario, sobre su lateral derecho teniéndose en cuenta que se lo mira de frente se lee la palabra PAZ en letra mayúscula imprenta de color rojo y azul, y en la parte trasera tiene escrita la palabra AMOR, al costado derecho la palabra PAZ nuevamente…”. El decreto de la Municipalidad para denunciar penalmente a los autores, un día después, es mejor aún: habla de “insignias y pintadas agraviantes a toda una comunidad”; repudia la actitud hacia este “homenaje al Ejército Argentino” que “siempre ha luchado conforme su mandato para salvaguardar los destinos de nuestra Patria” y pide una condena de hasta diez años por “Asociación ilícita”. Ahora, ay dios, un año más tarde y después de haberlos llamado a declarar cuatro veces, el juez Héctor Vilarrodona decidió procesar los pintatanques por daños calificados.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)