L. D.
Asumió el martes como secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), en reemplazo de Edgardo Massarotti, en el cargo desde hace dos décadas. Miguel Pellandino llega de Concordia y es la primera entrevista que concede a un medio de Paraná. Ya le avisó al gobernador electo Sergio Urribarri en una reunión informal que el reclamo central de su gestión apuntará al salario básico. Piensa mantener el buen diálogo con el gobierno y ver los motivos de cierta apatía de los afiliados a la hora de la participación. También asegura que visitará los lugares de trabajo. Califica a Allende como “un gran traidor” y asegura sentir “un gran respeto” por Massarotti. Recuerda su carrera de enfermero, repasa su trayectoria gremial y habla de su infancia, de sus padres y de su familia.
Aunque Miguel Pellandino es el nuevo secretario general desde hace pocas horas, en la sede de calle Colón de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) nada parece haber cambiado mucho. Son las cuatro de la tarde y hay gente dando vueltas. Pellandino pide prestada una oficina. La suya todavía no está habilitada. Hay algunas caras nuevas, pero también están las mismas de siempre. Entra un compañero a buscar yerba, saluda sonriente, se encuentra con una lata vacía, revuelve tras un escritorio y halla un paquete. Carga el mate y se va. La escena se repetirá tres veces a lo largo de la charla, con distintos protagonistas.
Pellandino es muy alto, algo calvo, con poco cabello muy claro y un pequeño bigote, debajo de una nariz prominente y sobre un par de labios finos que apenas se abren para hablar, de lo que resulta una voz algo ahogada. Viste una camisa beige y jeans.
En la oficina hay útiles, una fotocopiadora, un ventilador ruidoso, varias computadoras y muchos escritorios. Pellandino elige uno, toma asiento y se dispone a charlar. Mira varias veces la hora, se toca la cabeza, se ayuda con las manos para expresarse.
-¿A qué cosas piensa darle continuidad y en cuáles intentará cambiar el rumbo?
-Pretendemos modificar la pelea sectorial por los salarios, que hizo que los más fuertes ganen mejor que otros y provocaron que se haya atomizado la lucha. Apuntaremos al básico. Ya no hay más ley de emergencia, así que ése será nuestro norte, manteniendo lo que se ganó en base a las luchas anteriores que, lógicamente, valoramos y respetamos. Es el mandato de quienes nos eligieron. Pero se viene otra etapa. En cuanto a continuidad, seguiremos peleando por el Régimen Jurídico Básico y pretendemos mantener el buen diálogo con el gobierno. Debemos ser concientes de que representamos a los trabajadores y de que el gobernador es nuestro patrón. Eso implica un diálogo bueno, de mucho respeto mutuo, pero cada uno en su rol. Respetaremos las decisiones del gobierno, pero haremos que el gobierno respete las de los trabajadores. Queremos darnos una dinámica gremial relacionada con poner al sindicato en funcionamiento de otra manera. Conocimos un sindicato con mucha participación que se fue perdiendo. No sé cuál es el motivo, pero queremos reflotarlo y convocar nuevamente a los afiliados a que vengan a trabajar, a participar. Esto no es cargar culpas ni responsabilidades, pero queremos verificar qué pasa con los afiliados. Por qué hay cierta apatía a la hora de participar. Queremos hacerlos partícipes de las marchas, por ejemplo, pero también de todo lo que se hace para llegar a una marcha.
-¿Y qué ideas tiene?
-Reflotando la participación, eligiendo más delegados, haciendo llegar nuestros pensamientos y difundiendo la información que manejamos. Visitar los lugares de trabajo será uno de nuestros ejes.
-¿Pudo ver los números del sindicato?
-No todo, porque todavía está el cierre del balance de la gestión anterior. Pero lo que hemos visto es lo que estábamos manejando. Sabemos que hay un déficit mensual de funcionamiento que tendremos que ir corrigiendo. Habrá que ajustar algunas cosas, pero hay otras que se están haciendo y tendrán su continuidad.
-¿Ya se reunió con el gobernador electo Sergio Urribarri?
-Tuvimos una reunión informal inmediatamente después de que nosotros fuimos electos.
-¿Dónde se realizó?
-En Concordia, en la casa de Urribarri. Nos conocemos de años y tenemos una buena relación, al igual que con el gobernador actual.
-¿Qué charló con Urribarri?
-Hablamos de las cuestiones del Estado, de preocupaciones, de cuáles serán sus políticas. Y también de continuidad, de qué es lo que se sigue. Y coincidimos en que hay que profundizar el diálogo y también mantener el disenso en diferentes aspectos.
-¿Tiene militancia partidaria?
-Estuve en la Juventud Peronista en los 70 y a escondidas durante la dictadura. Por supuesto que participo de la vida política, pero no desde lo partidario.
-¿Aceptaría si le ofrecen una candidatura?
-Me han ofrecido desde el justicialismo y nunca acepté.
-¿Qué opina de los gremialistas que han dado ese salto y hoy están en algún cargo?
-No los cuestiono, son decisiones. Creo que cuando uno está en esta función, con el gobierno como patrón, es difícil asumir un cargo. De lo contrario, haríamos lo que hace José Allende, que no se sabe cuál es su rol, si legislador o secretario general de UPCN.
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