
En la sección leyendas del deporte entrerriano: Leopoldo Ruiz Moreno
Una zurda mágica y un poco de locura
ANÁLISIS abrió un nuevo apartado y a partir de ahora entrevistará a deportistas que alguna vez fueron figuras en alguna disciplina y se destacaron del resto. En el caso del Leo, fue uno de los mejores basquetbolistas que entregó Entre Ríos al mundo. El base surgido de Echagüe fue un auténtico showman dentro del parqué porque no solamente fue un talento, también brindó espectáculo para los amantes del baloncesto en todos los equipos que jugó. Hoy está instalado en General Roca y desde allí contó a que se dedica y repaso algunos aspectos de su carrera deportiva.
Álvaro Moreyra
Leopoldo Ruiz Moreno fue uno de los mejores basquetbolistas que aportó Entre Ríos al mundo yEl Leo, como se lo conoce en la jerga basquetbolera, la rompió en Paraná, en el país y también en el exterior.
Quizás si no hubiese sido contemporáneo con otros grandes bases, Leo hubiese tenido un lugar preponderante en el génesis de lo que fue la denominada Generación Dorada, pero le tocó lidiar con colegas como Marcelo Milanesio, su coprovinciano Daniel Farabello (Guillermo Veccio se inclinó por el Lolito antes de Atlanta 1996) y los inicios de Alejandro Puma Monteccia, por esto es que no logró una continuidad necesaria en la Albiceleste.
Una zurda prodigiosa, una penetración envidiable, visión de juego y elasticidad, condiciones que fueron determinantes en su carrera dentro del parqué. Claro que como todo crack, tenía defectos y uno bien notorio: protestaba todo. Gestos ampulosos, críticas a los jueces ante los fallos que creía injustos, también formaron parte del glosario de un excelente jugador.
Desde muy chico Leose destacó en las inferiores del Atlético Echagüe Club. Debutó en la Liga Nacional en 1990 y en el AEC jugó hasta 1992, en el Torneo Nacional de Ascenso. Ya un poco más grande, Ruiz Moreno se fue al sur, más precisamente a Deportivo Roca. Allí formó parte de un recordado equipo que comandó Pablo Coleffi y que subió a la elite del básquetbol argentino.
Después tuvo un breve paso por Atenas de Córdoba e Independiente de General Pico. En el Griego no tuvo tanta acción, era suplente de un tal Marcelo Milanesio, uno de sus ídolos (el otro, siempre lo dijo, fue Aníbal Sánchez).Después en el conjunto pampeano, explotó, fue figura del equipo que fue finalista de la temporada 1996/97 de la LNB y campeón Sudamericano en 1996.
Más adelante emigró al exterior, tuvo un paso por el básquet de Brasil (jugó en Gremio), pero decidió pegar la vuelta al país y se unió a Obras Sanitarias, luego jugó en Estudiantes de Olavarría y más tarde voló al Viejo Continente. Fueron tres temporadas en el baloncesto italiano, donde jugó en Virtus Ragusa, Scafati Basket y Virtus Bologna.
(Más información en la edición gráfica número 1111 de la revista ANALISIS del jueves 4 de junio de 2020)