La abogada Verónica Mulone -oriunda de Victoria pero que reside en Paraná donde ejerce su profesión desde hace 28 años se refirió a la situación de los femicidios, y en especial el caso de Fátima Acevedo, que conmocionó a la provincia y al país porque fue anunciado por la misma víctima que no encontraba respuestas ante cada denuncia y pedido de auxilio. Al ser consultada por el sitio victoriense La Victoria, analizó: "Son muchos los temas sobre los que una reflexiona cuando ocurren estos hechos y que exceden la penosa muerte de Fátima (Acevedo) ocurrida en marzo, pero que quisiera señalar. Si bien, las críticas se centran en el mal funcionamiento del poder administrativo y judicial de esta provincia, respecto a este último (el judicial), creo que hay que ser cautelosos, porque nada nos debe llevar a destruir por completo la confianza en él, pero queremos que asuma sus errores y mejore. De lo contrario, pone en peligro al sistema republicano de gobierno que se sustenta en la necesaria confianza de los ciudadanos en la división de poderes o funciones (legislativo, ejecutivo y judicial). Por más que muchos de los integrantes de estos poderes, lamentablemente hacen todo lo posible para que les quitemos toda la confianza, somos nosotros, los mismos ciudadanos, los que debemos evitar que ello ocurra”.

La solución no es decir, aclaró Mulone, "estos jueces no sirven, entonces, que se vayan para que sean elegidos popularmente, porque si son elegidos por el pueblo van a tener más compromiso con la gente, como se escucha decir por allí. Hay que hacer que tomen conciencia de la importancia de su función y el compromiso que se necesita para ejercerla”. Volviendo al tema de la violencia de género, dijo que es necesario que los funcionarios (tanto del poder administrativo como judicial), visualicen los conflictos humanos que les llegan desde todo su contexto, algo que “raramente se hace”.

-¿De quién es la responsabilidad principal?

-Por supuesto que la cara visible es la de quienes administran la justicia, pero la justicia es una pata renga más de un sistema que llega pocas veces a la solución del problema. El sistema funciona casi como un juego intelectual de las clases acomodadas que aún no ha comprendido el rol que le toca jugar en la sociedad actual. La solución de la violencia en la sociedad, excede el tema del funcionamiento del Poder Judicial. Lo que le ocurrió a Fátima, como a tantas mujeres más, no pasa sólo por lo que el fiscal y la jueza hicieron o no. En esos expedientes en trámite ante el Juzgado de Familia al que refieren los periodistas, también hubo un Ministerio Pupilar que no se si advirtió que había un niño en peligro. Hay muchos organismos que mantenemos los ciudadanos comunes con nuestros impuestos, y que no aparecen criticados en los reclamos, pero a los que también les cabe responsabilidad.

-¿Cuáles son las otras patas que están fallando entonces?

-Como ya dije, el Ministerio Pupilar por ejemplo, a quien le compete sugerir y adoptar medidas que protejan la integridad de los niños que quedan huérfanos de madre como ocurre en este, como en la mayoría de los casos. Los equipos técnicos de los Juzgados de Familia, que deben colaborar con los jueces desde sus ciencias auxiliares (psiquiatra, trabajadora social, psicóloga) comprometiéndose con sus dictámenes, profundizando las entrevistas y su seguimiento; acompañando.

Sin la intervención idónea de estas “patas” -aclara Mulone- el sistema trata por igual a las denuncias de violencia que son falsas que a las denuncias que significan un real riesgo para la vida de la denunciante, lo que lo torna ineficaz porque rara vez el magistrado actúa de manera independiente a los mismos. Esto se repite en otros temas de familia a los que no se les da una solución sino que por el contrario, se los complejiza aún más.

-¿Pero esto quiere decir que si se aplica la Ley como corresponde es correcta?

-El proceso desde la ley es generalmente correcto. El problema está en cómo se aplica la norma. Estos órganos están para evitar el ejercicio abusivo de denuncias de violencia, las que responden a otras cuestiones como venganza, celos, etcétera. Deben advertir y diferenciar una de la otra para que se pueda abordar la violencia en su verdadero contexto, sólo así se protege a las verdaderas víctimas de violencia, las que además de ser muchas, son generalmente de pocos recursos económicos lo que les dificulta el acceso a la justicia a través de un buen profesional.

Mulone aclaró que esta es una postura muy personal, y continuó con su análisis: “No se trata de que el equipo técnico derive al psicólogo a todo aquel que va a la justicia, tampoco de imponer una orden de restricción de acercamiento o poner un botón antipánico; mucho menos de trabajar enfrentados al profesional de derecho como muchas veces lo hacen. Se trata de trabajar en forma armónica, comprometida, respetando a cada uno en su esfera de competencia, convencidos de lograr una solución real. Creo que muchos de los sujetos que intervienen en estos procesos no tienen ninguna confianza en el propio sistema que representan, y eso les quita mucha efectividad.

Finalmente, la abogada victoriense que ha ejercido su profesión en Rosario y actualmente lo hace en Paraná, expresó que le gustaría extenderse en otros temas que también son violencia, como el delito de obstaculizar el contacto entre un hijo y su madre o padre. “Porque aquí aparece otra pata del sistema como lo es el Ministerio Fiscal con muy pocas ganas de intervenir en estos casos. Ellos entienden que es un tema de los jueces de familia y que no están para ‘hacer el trabajo que a otros les compete’. Con este criterio, impiden el acceso a la justicia a todas las víctimas de este delito”.

“A mi humilde criterio -sintetizó- hay toda una estructura que defiende mejor los derechos patrimoniales que los derechos sin contenido patrimonial “.

Refiriéndose específicamente al caso de Fátima Acevedo y en especial a su hijo, la letrada resaltó: “Es posible que a Fátima no se la haya visto como madre; que no se haya advertido que además de la protección que merecía como persona, la necesitaba como la madre de ese hijo pequeño que hoy quedó solo. Desconozco la actuación del Defensor Público de ese Niño que es el Ministerio Pupilar”.

Según publicó el medio victoriense, la profesional reconoció que hay un ejercicio abusivo de denuncias por violencia que son falsas y que no debe ser amparado por la justicia, pero hay un sinnúmero de denuncias que son ciertas. “Para que estas tengan la debida y oportuna defensa, se necesita que quienes han sido honrados con cargos y funciones para intervenir en estos caso, tengan el conocimiento, la capacidad y, sobre todo, la valentía de diferenciarlas y de contextualizar la denuncia rápidamente para que la defensa de la mujer sea real y no sólo aparente. El art. 65 de nuestra Constitución Provincial nos ha prometido una tutela efectiva de los derechos y ello significa un actuar oportuno, rápido, adecuado a las circunstancias concretas del caso”.