El viernes, en horas del mediodía, una mujer se presentó en la Delegación Concordia de la Subsecretaría de Derechos Humanos para denunciar al cura de la parroquia Itatí por sus dichos durante una misa celebrada el 25 de septiembre.

La denunciante contó que ella acompañó a una amiga a una misa para pedir por su pronta recomposición a raíz de un problema de salud, en la Parroquia Itatí, en la esquina de las calles Moulins y Perú, y que durante la homilía el sacerdote, al que identificó como Cachito Belli, se refirió con términos agraviantes hacia el pueblo judío.

“Los judíos no reconocieron a Jesús como su Mesías”, habría dicho primero el sacerdote, para luego lanzar palabras agraviantes y discriminatorias: “Los judíos son tan mentirosos que tienen el alma podrida hasta los huesos”. Según dijo la mujer, en la iglesia había muchas personas que escucharon y fueron testigos de esos dichos.

En su presentación, la denunciante dejó en claro que se trata de “expresiones antisemitas que afectan a toda la comunidad”, al tiempo que pidió que se considere el hecho de que “la Iglesia católica, en virtud de sus normativas, excluye el antisemitismo y cualquier otra forma de discriminación étnica y cultural de sus enseñanzas religiosas, éticas y morales” y remarcó que “el sacerdote, en su doble condición de religioso y pastor, ha incurrido en actitudes que contrarían el interés público y la tutela de los derechos humanos, al discriminar por razones raciales o culturales”.

Ante esa situación, la delegación local de la Subsecretaría de Derechos Humanos recibió la denuncia e inició el trámite correspondiente y el martes el titular del organismo, Rubén Bonelli, espera reunirse con el sacerdote en cuestión para conocer su versión de los hechos. En tanto, el presidente de la Asociación Unión Israelita, Fernando Kohon, adelantó que se pondrá en contacto con el obispo Armando Collazuol para ponerlo en conocimiento de la grave situación.

En diálogo con El Diario, Bonelli insistió en que “luego del fin de semana largo, trataremos de hablar con este sacerdote, a ver qué manifiesta, y a partir de allí se iniciará la investigación, que seguramente terminará en una denuncia formal ante el Inadi”. El procedimiento habitual consiste en realizar una presentación con un formulario de denuncia –que está disponible en la página web del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) o se lo puede solicitar para que sea remitido por correo tradicional– y luego se intenta una resolución rápida del conflicto, mediante un reconocimiento por parte del acusado de que se trata de un hecho de discriminación y que eso está penado por la ley. Eso se buscará en este caso.

Consultada al respecto, la titular del organismo en la provincia, Cristina Ponce, consideró que se trata de un hecho que “de tan aberrante, parece increíble” y aseveró que “utilizar el púlpito para decir esas cosas produce escalofríos”.

Asimismo, aseveró que “Concordia es una ciudad complicada, donde han ocurrido otros hechos de discriminación y antisemitismo, pero nunca algo tan alevoso; nunca ha pasado algo semejante y solo escucharlo ya produce espanto. Un sacerdote tiene un nivel de responsabilidad por ser un formador de opinión”, expresó Ponce.

Otros hechos recientes

Hace unos días, la Asociación Unión Israelita de Concordia había advertido, inclusive aportando imágenes, sobre la aparición de pintadas antisemitas en varios puntos de la ciudad, lo que motivó también una presentación ante la Jefatura Departamental de Policía. Las pintadas consistieron en agravios contra la comunidad judía y cruces esvásticas que aparecieron en un galpón de carrozas que pertenecía a los alumnos de la Escuela de Comercio Nº 2, ubicado en inmediaciones de donde se encuentra una iglesia evangélica, y también en la Plaza España. En ambos casos se trataba de pintadas realizada con aerosol de color rojo y tipografías similares, lo que permite inferir que se trata de las mismas personas, indicaron fuentes policiales. Sin embargo, estos hechos no llegaron a esclarecerse.