El que acaparó todas las miradas fue Franco Vázquez, quien aportó la frescura entre tanto calor en el barrio Alberdi. El enganche jugó su último partido con la camiseta celeste antes de partir a Italia para incorporarse al Palermo, fue el jugador más pensante adentro de la cancha y abrió el marcador a los 13 minutos de juego tras una pared con César Pereyra. Antes había tenido otra: un centro pasado con la derecha, su pierna menos hábil, que se estrelló en el travesaño.

Del lado del Arse, poco y nada. Mauro Óbolo forcejeó contra los defensores rivales pero estuvo solo, aislado del mediocampo. La más clara fue un remate cruzado de Nicolás Aguirre que salió desviado.

Así las cosas, el director técnico Gustavo Alfaro decidió dos cambios en el entretiempo y mandó a la cancha al entrerriano Luciano Leguizamón y Emilio Zelaya, y con este nuevo esquema el conjunto de Sarandí ganó peso en los últimos metros y arrinconó al local contra su propia valla.

El dueño de casa, apostado de contraataque, tuvo el segundo en los pies de Ribair Rodríguez, pero el uruguayo, mano a mano con Cristian Campestrini, trató de picarla y la mandó afuera.

Arsenal fue quedándose sin ideas, tanto que apostó a la pelota parada: Guillermo Burdisso ganó en el área y sacó un frentazo que se fue cerca del palo derecho de Juan Olave.

El equipo visitante no tuvo ideas para encontrar el empate y de esta manera comenzará el Clausura con la obligación de sumar y engrosar un promedio que lo tiene cada vez más cerca de la zona de Promoción.