“Estará abierto viernes, sábado y domingo. Y además funcionará el restaurante que está concesionado”, explicó.
En relación a los trabajos pendientes para la conclusión del proyecto termal, Bochatay citó que empezará la semana próxima una obra de realización de desagües cloacales y de remanente de agua termal, que estará concluido en tres meses, aproximadamente.
“A partir de ahí intervendrá el Ente Regulador Termal, pero somos optimistas que estará listo antes de las vacaciones de invierno”, indicó.
En la actualidad, hay 14 complejos termales distribuidos en la provincia, y muchas ciudades que pugnan por la puesta en marcha del recurso, como Villaguay, Diamante, Ubajay y Villa Urquiza, entre las más avanzadas, en distintas etapas.
En el caso de Basso, el proyecto comenzó en 2004, con la perforación del pozo termal: el agua emanó en agosto de 2005.
Desde entonces se invirtieron más de 8 millones de pesos, en una obra que resulta de altos costos ya que al ser agua salada, es hasta tres veces más caro y complejo el sistema de tratamiento del agua termal.
La explotación es privada, con un porcentaje mínimo del Estado municipal.
Abarcará un complejo con gran sector de piletas, y de alojamiento privado. El objetivo de su explotación no es medicinal –a menos inicialmente–, sino es una propuesta residencial y turística integral.
Las aguas termales que se encuentran a 1.256 m de profundidad, y con una temperatura de 42º.