Por Elvio Guia (*)

El Estado, en la última década, ha sido incapaz de motorizar políticas que alienten un círculo virtuoso de trabajo, pleno empleo, desarrollo y crecimiento del sector, que los tiempos de bonanza de la soja ya no están y este gobierno ha desaprovechado las mejores oportunidades, perdiendo así mercados que llevaron años conquistar, arrastrando a los productores en esas pérdidas y concentrando en pocas manos cada vez más el capital.

Se ha profundizado el endeudamiento y la descapitalización de nuestros pequeños y medianos productores, no hemos podido frenar la avaricia fiscal de los gobiernos que se están llevando, de un manotazo, y con cada suba de impuestos, nuestro trabajo y futuro y a nuestros productores.

Las familias, que son el engranaje que mueve al campo, también han sido profundamente dañadas porque al ir contra nuestra rentabilidad han resentido el futuro.

Nuestros productores, sus familias y las mujeres rurales, están acostumbrados a enfrentar las peores condiciones. Seguimos tierra adentro, detrás de cada tranquera, enfrentando las políticas adversas. Sabemos que estamos cerca de que esto cambie, no sabemos cuántos llegaran, quizás entonces nuestras convicciones que tienen el espíritu del progreso justo de los hombres que trabajan, podrán ver la luz para que volvamos a ser protagonistas de nuestro futuro y crecimiento tal vez sea muy tarde para algunos. Pero nosotros, los hombres y mujeres del campo, no vamos a bajar los brazos porque no somos sólo lo que producimos, el campo, es también lo que somos.

(*) Director de Federación Agraria Entre Ríos