La palista comenzó a cursar en 2012 y culminó sus estudios tras innumerables compromisos internacionales.
A su colección de títulos argentinos, sudamericanos y panamericanos, la palista entrerriana Magdalena Garro les agregó uno nuevo la semana pasada: Licenciada en Economía y Administración Agraria de la Universidad de Buenos Aires (UBA). La representante olímpica en el Canotaje de velocidad de Río 2016 tuvo que palear como en una larga maratón para alcanzar la meta, y finalmente lo logró.
“Creo que la sensación es de felicidad y alivio. La sensación de haber logrado algo que me había propuesto con un objetivo bastante largo y que nunca sabía cuándo iba a concluir; pero yo sabía que lo iba a poder hacer”, contó la palista formada en el Club Regatas Uruguay.
Comenzó a cursar en 2012 y aún no había escrito su nombre en la historia del olimpismo argentino con aquel K4 500 en la Laguna Rodrigo da Freitas, junto a Alexandra Keresztesi, Sabrina Ameghino y Brenda Rojas. Según ella pasaron “miles de competencias, viajes, concentraciones” hasta el final feliz con la presentación del trabajo final. De hecho, este año participó del Mundial de Canotaje de Velocidad, Sudamericano y Panamericano de la especialidad, y los Juegos Argentinos de Alto Rendimiento (JADAR), entre otras competencias.
“Creo que la constancia ha sido una de mis mayores virtudes porque en algunos momentos se hacía difícil, en otros tedioso... o tener que tomarme uno o dos colectivos para poder ir a cursar y aún así decidí seguir haciéndolo. Por eso creo que la constancia es la palabra que mejor describe esta situación”, reconoció.
A su logro académico, Magui no lo compara con sus títulos deportivos porque “es diferente” para ella. “Recibirme un poco dependía de mí, de ir cursando y aprobando, por eso no es comparable con algún título porque también depende de uno y digamos de los rivales también”. Aunque sí puede “compararlo” con cualquier logro deportivo: “Me propuse un objetivo y lo cumplí. Trabajé para ello y lo cumplí. Muchas veces en el deporte hacemos eso. Entrenamos algo en particular para para lograr un objetivo y nos sale”.
Si bien fue un título individual, mucho contribuyeron “Las Carpinchas”, sus compañeras de la selección argentina de canotaje, para alcanzarlo. “Fueron muchísimas concentraciones en las que por ahí modificábamos el horario para que yo pueda ir a cursar. Entre competencia y competencia les decía que me recuerden –cuando uno tiene en la cabeza más en lo deportivo– que me tenía que inscribir a la facultad. En ese sentido mis compañeras siempre estuvieron ayudándome o acompañándome para que yo pudiera fusionar las dos cosas”, valoró.
Los últimos años de la carrera que se cursa en la Facultad de Agronomía de la UBA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), Garro los cursó instalada en Concepción del Uruguay y desde allí hizo su trabajo final, titulado “Análisis de precios de venta minorista de productos hortícolas en Concepción del Uruguay (Entre Ríos) en el periodo 2024 - 2025”.
“El equipo nacional está entrenando acá y me las ingeniaba. Yo tenía que pasar por cinco comercios para relevar los precios”, contó y destacó esa colaboración de distintos negocios uruguayenses. “Siempre creo y estoy convencida que con organización y dedicación uno puede hacer todo. Pero eso implica ser organizado. No siento que haya sido una fórmula mágica, sino que era una cuestión de voluntad, organización y constancia, nada más y nada menos que eso”, confesó.
Por ahora, la Licenciada María Magdalena Garro no tiene un plan profesional definido, pero sí sí sus objetivos deportivos. “Ahora no tengo ningún plan en lo profesional para el futuro. Creo que es todo muy reciente y trato de ir disfrutando e ir paso a paso. Por lo pronto queda una competencia más en el año, el selectivo, así que tengo que prepararme para eso y después de a poco iremos viendo cómo se dan las cosas qué posibilidades existen”, concluyó.


