Por Jorge Miceli (*)

El 9 de julio se hicieron dos marchas, una en Reconquista, la otra nació en Avellaneda.

La de Reconquista apoyaba la decisión del gobierno de intervenir y expropiar Vicentín SAIC.

La de Avellaneda, ciudad donde Vicentín SAIC tiene sus oficinas centrales, rechazaba esa decisión con argumentos tales como “Cercenan la propiedad privada”, “Es anticontistucional”, etc.

En realidad esos argumentos se podían leer solo en la superficie. El fondo de la cuestión era mucho más profundo; mientras que la marcha de Avellaneda supone defender, si, una empresa local, pero también una sarta de absurdos que permanentemente instala la prensa hegemónica liderada por Clarín y La Nación, tales como “Defendamos la patria”, “La pandemia no existe”, “Vamos hacia el comunismo”, “Pronto seremos Venezuela”, “Asesinaron a un joven que buscaba el tesoro K en Calafate”. O sea conscientemente o no, lo que quieren es debilitar y si es posible sacar a este gobierno que apenas cumplió 7 meses. Mientras esa marcha, la de Avellaneda hace gala siempre (esta es la tercera) de sus consignas inconsistentes y su agresividad (como en oportunidad de la llegada del interventor a Vicentín designado por el presidente a quien agredieron junto a su delegación hasta hacerlo deja el hotel donde estaban alojados), la marcha de Reconquista defiende las medidas de Fernández y pretende, asó lo manifiestan abiertamente, que tengamos un país mucho más justo y solidario.

El 9 de julio la marcha de Reconquista ocupó 40 cuadras de vehículos: automóviles, motos y bicicletas, bocinas y banderas. Recorrió pacíficamente la ciudad, colgó una bandera en la sucursal del banco Nación con la leyenda “No más estafas al Nación”. Y todos coincidimos que fue histórica.

Histórica y a la vez invisible para los grandes medios de comunicación, aún los afines al gobierno que estaban ocupados en denunciar la agresión a periodistas y propalar la estúpida conversación de Macri con Vargas Llosa. Temas que repitieron durante días.

Al finalizar la marcha, al término de esa jornada histórica vino el tiempo de reflexión. Que me dejó todo esto? Éramos tantos, cada uno pensará distinto, pero a mí me quedaron como síntesis dos fotos: en Avellaneda se lo veía marchar a Beto Padoan conduciendo una costosa camioneta y riendo a más no poder. En Reconquista me impactó ver esa joven mujer de un barrio, marchando en bicicleta, en el porta equipaje de la bici, su pequeña hija con una bandera argentina en el puñito.

Dijo el escritor español Andrés Barba: “Cada vez que un hombre abre la boca para reír está devorando a otro hombre” Y Seguramente Padoan, en su cinismo era consciente de todos los hombres que había “devorado”, o lo que es lo mismo estafado con su empresa Vicentín que en ese momento era defendida por muchos, y esa acción –la defensa de una estafa-también le daría risa, porque como dijo Hobbes “Un hombre del que se ríe es un hombre sobre el que se triunfa”.

En cambio la humilde mujer que marchaba en bicicleta no reía. Su gesto era adusto, tal vez por el esfuerzo, pero su mirada era de esperanza, de convicción.

Y se me ocurre en este momento hacerle una pregunta a nuestro compañero presidente –pregunta que tal vez nunca se entere- Qué foto elige usted, señor presidente?.....estoy seguro, segurísimo que elije la misma que yo….. tómela en sus manos entonces, mírela atentamente y después de alguna palabra que esa foto le inspire, viene el gesto. Siempre la palabra y la acción:

Ponga la foto en un marco, en un portarretrato, común nomás, nada de lujos, y póngala sobre su mesa de trabajo. A continuación guarde en un cajón la foto que se sacó con los empresarios el 9 de julio, el día que sea muchacha pedaleaba para defenderlo (Discúlpeme estuve a punto de decirle que a esa foto con los del G6 la tire al cesto, porque no sirve para nada) y métale pa’ lante presidente, pero en serio, con todo. Esa mujer que tiene en su mesa es un símbolo, somos millones los que no tenemos 4x4, andamos a pata, como en el 45, se acuerda presi? Como en el 45.

Pal ante, con todo, atrás venimos nosotros, millones, pedaleando sin aflojar.

(*) Referente cultural de Reconquista.