Los dichos desafortunados del presidente.
Por Beatriz Arbasetti
La Asociación Paranaense de Síndrome de Down repudia las palabras del Presidente al referirse a las personas con discapacidad en su alocución. Aludió a nuestros hijos. El Presidente desde su profunda ignorancia, les atribuyó que “no entienden” cómo deben conducirse en pandemia y qué cuidados higiénicos y de distancia deben tener. Con cada palabra los discrimina, los menosprecia, los expulsa de los DDHH por los que los padres hemos trabajado incansablemente.
Se equivoca el Presidente con su juicio antojadizo. La Asociación Paranaense de Síndrome de Down viene trabajando con esta población en su franja etaria de adolescentes y jóvenes hace treinta años. Tiene en su sede un centro educativo que en 2020 funcionó de modo virtual y que en 2021 diseñó la actividad presencial observando todos los protocolos indispensables para evitar riesgos a docentes y estudiantes. De ellos, una gran mayoría lee y escribe, competencias que permiten obviamente la comprensión del lenguaje y la comunicación. Entienden y ejecutan las medidas tendientes a la protección sanitaria personal y de sus pares. Que porten discapacidad no implica “no entender”. Sus tiempos son distintos pero las repuestas que pueden dar son muy buenas. A la fecha, el trabajo pedagógico se desarrolla con normalidad y sin contagios. Porque “entienden”.
Es lamentable que el Presidente excluya una vez más a esta población,- los humillados y ofendidos de Dostoievsky-, porque evidencia que además de no conocer el tema, tampoco puede planificar políticas públicas orientadas a la discapacidad y a su integración social. Si se lo hubiera propuesto, las personas con discapacidad por ser de riesgo, deberían haber recibido sus vacunas al tiempo de los adultos mayores.
El Presidente desde su confort prejuzga y no comprende que el aislamiento prolongado produce daños irreparables en las personas con discapacidad, como en los niños y adolescentes en edad escolar. La pérdida del contacto social es insustituible en el orden de las emociones y en su desarrollo cognitivo.
En nombre de nuestra institución me permito invitar al Presidente a visitarnos, para que vea cómo a diario los jóvenes crean, producen y aprenden. Para que compruebe que se trabaja para que alcancen el mayor nivel de autonomía y autoconciencia posibles.
Si tienen competencia lectoescritora, si cocinan, hacen cerámica, teatro, pintura y música, ¿cómo no van a entender el uso de barbijo, higiene de manos y distancia social entre ellos?
En esta desafortunada circunstancia los padres de personas con discapacidad hacemos votos para que el Presidente a futuro se informe debidamente cada vez que aborde el tema. La palabra encierra un tesoro de posibilidades pero está en nosotros saber cómo y cuando usarla.
Especial para ANÁLISIS