El ex legislador nacional y ex convencional constituyente, Rodolfo Parente (UCR), recordó al ex presidente fallecido este martes y destacó: “No sé si tenía la personalidad para ser presidente de la Nación pero como legislador fue brillante”.

Consultado sobre la valoración y la figura del ex mandatario, en declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), analizó: “Los argentinos tenemos una tendencia a hacer historia sobre el fin del capítulo, no hacemos historia con un sentido de perspectiva y en ese marco la gestión de De la Rúa ha sido juzgada bastante discretamente, por no decir mal juzgada”.

“No estuve nunca alineado con De la Rúa, incluso cuando a él le roban la senaduría nacional. Él había ganado las elecciones pero el Colegio Electoral en una connivencia entre el peronismo y la UCeDé le quitó la senaduría y se la dio a (Eduardo) Vaca. Después fue elegido diputado nacional y en ese momento, en 1991, un grupo de diputados me propusieron para presidir el bloque y tuve una internita dentro del bloque y el antagonista era nada más y nada menos que De la Rúa”, rememoró.

También recordó que “fue muy solidario cuando tuve un grave problema de salud, era un hombre de la escuela política radical, que venía de la raigambre cordobesa, y a quien las circunstancias internacionales y la coyuntura nacional no lo ayudaron en lo más mínimo”.

Al respecto, consideró que “el anticipo de la entrega del poder fue una decisión inteligente, porque ese día trágico, entre el 19 y el 20 de diciembre de 2001, había grupos que estaban decididos a incendiar la Casa de Gobierno, y por eso fue responsable la actitud de De la Rúa”. Y agregó que “después vino (Eduardo) Duhalde con sus aciertos y sus errores y pese a la hiperinflación galopante que tuvo su gobierno, puso las cosas en orden y la transición se pudo realizar”.

Parente describió que “De la Rúa tenía una gran capacidad intelectual, tenía formidable formación jurídica, era un personalista de primerísimo nivel, un hombre estudioso, trabajador, y un gran abogado que quizás no supo elegir a sus colaboradores. Me parece que elegir a Chacho Álvarez como su vicepresidente fue el primer pecado mortal de De la Rúa porque no fue el mejor acompañante del cual se podía rodear, y ni hablar de quienes lo acompañaron que después pasaron al Frepaso y finalmente todos vivieron de las mieles del kirchnerismo: salvo Patricia Bullrich todos se hicieron kirchneristas”.

Destacó que siempre “fue un hombre de la democracia, tanto que en el ´73 cuando los muchachos del JP se llevaban a todos puestos y se lo tragaron a Sánchez Orondo como candidato a senador de la Capital Federal, que era un buen historiador pero un reconocido fascista, De la Rúa le gana la elección y eso fue una reparación para el radicalismo, y allí De la Rúa se transforma en una figura interesante”.

“En la Capital Federal fue un dirigente de primer nivel, tanto que ganó todas las elecciones en las que se presentó, así que no hay que restarle mérito para nada”, apuntó.

En cuanto a la Presidencia, el dirigente analizó que De la Rúa “estaba preparado para manejar el país, pero sucede que estos gobiernos de coalición son difíciles de implementar si no se habla a fondo previamente y no se pactan algunos puntos fundamentales. La alianza tuvo ese déficit: no se hizo un programa de gobierno, se quiso salir del menemato –lo que era imprescindible- pero sin un plan de gobierno con una visión estratégica del país, y además la coyuntura internacional tampoco lo ayudó”.

Asimismo, recordó que “tenía un carácter que no lo ayudaba para afrontar los momentos más álgidos” y contó: “Cuando lo tuvimos como presidente del bloque nos costaba su estilo a quienes éramos más jóvenes y teníamos una oposición más enérgica. Él tenía un estilo que a muchos no nos conformaba, y al estar acostumbrados a la conducción de (César “Chacho”) Jaroslavsky, pasar a la conducción de De la Rúa fue mucho. Los dos tenían sus personalidades y no eran para nada parecidos, aunque eran hombres de la misma generación”.

Consultado por la relación entre De la Rúa y el ex gobernador del radicalismo entrerriano, Sergio Montiel, no planteó problemas entre ambos porque “era un hombre de diálogo, y ambos eran muy especiales, pero el problema del gobierno de Montiel fue la economía de (Domingo) Cavallo que fue uno de los errores garrafales que cometió De la Rúa”.

De todos modos, apuntó que “el error de De la Rúa fue haber recurrido a Cavallo pero al ministro se lo recomendó Chacho Álvarez, se lo sugirió el Frepaso como el mago que iba a arreglar la economía y que mantuvo esa convertibilidad –que fue un engaña pichanga- de la cual para salir tuvimos que pagar con sangre”. “En ese sentido Montiel tuvo su cortocircuito con De la Rúa pero se respetaban. La relación de Montiel con De la Rúa fue mucho mejor que la que tuvo con Alfonsín”, aseveró.

Finalmente, opinó que a De la Rúa “lo van a recordar como un hombre que con su paso al costado facilitó que la situación social difícil del momento no se desmadrada más de lo que estaba, y en la ciudad de Buenos Aires lo van a recordar muy bien porque fue un gran jefe de Gobierno y un gran legislador”.

“Todos los temas álgidos de hoy, como el indigenismo, la ley de protección a los pueblos originarios; la ley de violencia en el deporte; la ley de derechos personalísimos fueron todas de De la Rúa. No sé si le daba el perfil para ser Presidente de la Nación pero como legislador fue brillante”, concluyó.