Al celebrar en el Vaticano la misa del Domingo de Ramos, el papa pidió “una verdadera negociación”. Dijo que “en la locura de la guerra se vuelve a crucificar a Cristo”.
Con la imagen del santo en el atrio del santuario de Liniers, los peregrinos se acercan para pedir y agradecer. Monseñor Ares rogó por “una cultura del trabajo donde aprendamos unos de otros”.