Con el objetivo de superar la tormenta, el DT interino del Rojo, Cristian Díaz, buscó simplificar la tarea de sus dirigidos y formó una línea de cuatro defensores con Eduardo Tuzzio y Gabriel Milito como centrales, colocó a Roberto Battión de cinco y puso a Facundo Parra y Marco Pérez. Con muy poco, el local empezó a arrinconar al rival, aunque la poca precisión en el toque final le impedía generar riesgo en el arco de Luciano Pocrnjic.
Sin emociones dentro del campo, tomó relevancia el duelo de las tribunas. La convocatoria en los foros de Independiente para llamar a los simpatizantes a ubicarse en la bandeja Sur y no ir a la Norte, en la que se ubica siempre la barra brava, tuvo relativo éxito. Y el duelo de “hinchadas” dentro de la misma hinchada del Rojo enrareció el ambiente: mientras unos cantaban contra Julio Comparada y pedían “que se vayan todos”, los otros colgaban banderas acusando a Mohamed de “mentiroso y cagón”.
A los 20 minutos, en el pico máximo de tensión, y cuando casi nadie prestaba atención a lo que pasaba en la cancha, llegó el gol de Cristian Pellerano. Después de un tibio festejo, volvieron los gritos para el presidente del club y para la barra: “No tenés vergüenza, por la plata no se alienta”, acusaban desde el sector de simpatizantes “genuinos”. Antes del entretiempo, Independiente amplió la ventaja con un gol en contra de Pablo Cantero, tras un centro de Nicolás Cabrera, quien estaba en fuera de juego.
El local tuvo la posibilidad de liquidarlo a los cuatro del complemento, cuando Pocrnjic sacó una pelota de la línea. Pero en estos días Independiente está condenado a sufrir, y así fue que San Martín llegó al descuento luego de un rebote de Adrián Gabbarini que capitalizó el paceño Diego García con un cabezazo.
Entonces los dirigidos por Cristian Díaz tuvieron que sufrir y transpirar para quedarse con un triunfo que puede ser el primer paso de los de Avellaneda para superar la crisis, señala TyC Sports.