La intrascendencia y la lluvia fueron las grandes protagonistas de casi todo el primer tiempo. Arsenal y San Lorenzo entregaban muy poco, casi no llegaban a las áreas y el cero los calificaba bien.
Sin embargo, en un ratito, el desarrollo cambió y el Ciclón se complicó solito. A los 36 minutos, Sebastián Torrico salió muy lejos a cortar un centro, despejó corto con los puños y Nicolás Aguirre, de cabeza y emboquillada, la mandó a la red por encima de todos. Y, antes del descanso, Ignacio Piatti vio la roja por una violenta patada a Iván Marcone.
Con remates desde afuera, San Lorenzo se aproximó en el arranque del complemento pero fue Arsenal el que otra vez golpeó luego de una pelota parada: centro de Aguirre, Julio Furch la bajó y la metió Mariano Echeverría. Una vez más, dos cabezazos en el área terminaron en gol.
A los dos goles en contra y el hombre menos, San Lorenzo sumó una nueva preocupación y a futuro. Es que a los 16m, Gonzalo Verón saltó a cabecear, cayó mal y sintió un dolor en la rodilla derecha. Tuvo que salir, con mucha bronca y preocupación.
Un ratito más tarde, Emilio Zelaya, quien recién había ingresado, armó una muy buena jugada de izquierda a derecha y sacó un potente remate que dejó sin nada que hacer a Torrico. El tercero, a los 21m, empezó a liquidar la final.
San Lorenzo fue con amor propio, aunque nunca encontró los caminos para llegar con claridad hasta Cristian Campestrini. Arsenal solo esperó el paso de los minutos para gritar, otra vez, campeón, publica TyC Sports.