Hay derrotas que duelen menos y otras más. Perder el tercer partido consecutivo, ante el último del campeonato (la peor seguidilla del certamen), recibir un gol por un error propio, hacer el mayor desgaste en un terreno de juego muy pesado y no tener claridad en el juego, son algunos de los factores que desencadenaron un doloroso traspié.

Encima de males, la lluvia caída durante los últimos días en la ciudad de Paraná no dejó ninguna cancha de fútbol en condiciones para trabajar y el cuerpo técnico de Patronato debió improvisar a la hora del primer ensayo de la semana.

Pero no todas son pálidas. La recuperación de algunos valores anima de cara al próximo encuentro, cuando el Santo reciba en su cancha a Sarmiento de Junín, por la 33ª fecha de la Primera B Nacional, partido que se jugará el próximo sábado a partir de las 19 y contará con el arbitraje de Federico Guaymas Tornero.

Sebastián Bértoli y Ricardo Gómez ya cumplieron con sus suspensiones y están para volver. Además, se espera saber si César Carignano estará a disposición. El delantero fue inhabilitado de manera transitoria tras la expulsión ante Banfield y hasta las últimas horas no habían surgido novedades.

En cuanto a los futbolistas que arrastraban problemas físicos, ya están en condiciones de retornar el volante Marcelo Guzmán y los delanteros Sergio Chitero y Lautaro Comas. Además habrá que ver cómo evolucionan Germán Rodríguez, Alejandro Almada y Guillermo Ferracuti, quienes se movieron de manera diferenciada.

El conjunto que dirige Sergio Lippi se movió en el predio La Capillita. Las tareas contaron de ejercicios físicos dentro de la cancha número uno y movimientos dentro del gimnasio de aparatos de la institución. Los futbolistas que vienen con mayor exigencia durante los últimos días se movieron de manera más liviana. El mayor esfuerzo durante la mañana los realizaron los arqueros, quienes bajo las órdenes del entrenador, Alejandro Re, tuvieron una jornada muy activa.

Por su parte el delantero Leonardo Acosta volvió a ponerse los botines para realizar tareas dentro del campo de juego. Si bien aún no entró en contacto con la pelota, lo importante es que ya abandonó la parte más dura de la recuperación y ahora poco a poco se irá acercando a los trabajos con normalidad.

Se espera que el Wachi dentro de 20 días pueda comenzar a entrenar a la par de sus compañeros, señala El Diario.