En el escrito, el diputado explicó: “Año tras año, los análisis de la calidad del agua de las playas realizados por la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) y por el laboratorio regional de Obras Sanitarias de Concepción del Uruguay, entre otros organismos oficiales, vienen mostrando la propagación bacteriológica”. En este sentido, Artusi manifestó: “Esta contaminación es producto de vertidos líquidos cloacales y no genera demasiadas reacciones”.
Asimismo, en un comunicado al que tuvo acceso ANALSIS DIGITAL,
el legislador añadió que “en algunos casos puntuales, como el Balneario Itapé, se llega a un extremo”.
En el comunicado, el diputado uruguayense declaró que “se trata de un problema absolutamente diagnosticado, con una solución identificada de manera precisa”. De inmediato, agregó que “es factible de resolución en la medida en que haya lo que hasta ahora ha faltado: voluntad política”.
Artusi, rememoró que “en septiembre se cumplieron 23 años de la publicación de un documento oficial titulado Factibilidad técnico-económica de obras de defensa e hidráulicas complementarias, como producto de un convenio firmado entre la Municipalidad de Concepción del Uruguay y la empresa Agua y Energía Eléctrica”. Según el legislador, el estudio fue “una de las tantas joyas de la abuela, que el menemismo y sus cómplices se encargó de desguazar y entregar”.
En el escrito, el radical opinó: “El proyecto original de lo que hoy es la Defensa Sur, por la que tanto luchó Domingo Mingo Martínez y otros esforzados y perseverantes vecinos, constaba de 4 propósitos: la defensa contra inundaciones en la zona Sur y Norte; el saneamiento urbano por medio de una planta de tratamiento de líquidos cloacales y una estación de bombeo; el drenaje de aguas pluviales; y las vías de comunicación terrestre sobre el coronamiento de la defensa”.
En este sentido, Artusi manifestó “como es sabido”, los propósitos “fueron eliminados en el proyecto definitivo, en el que se optó además por una cota menor a la originalmente prevista”.
Asimismo, explicó: “Se sostenía en el documento mencionado, hace 23 años, que delegar en la sola capacidad auto depurativa del cauce receptor del río Uruguay, compartido internacionalmente con la República Oriental del Uruguay, es dar la espalda a la tendencia mundial de preservar las escasas fuentes de agua potable y el medio ambiente, dados los enormes avances registrados en la tecnología anti-contaminación”.
En el comunicado, además se expone: “En lo relativo a los beneficios del propósito saneamiento se expresaba, en un párrafo qué no tiene desperdicio y que citamos textualmente: son obras imprescindibles en el corto plazo, urgidas por la expansión de la red cloacal y por el deterioro y la obstrucción de los troncales y la cloaca máxima. La persistencia en el tiempo de la situación actual impone un techo en la calidad de vida comunitaria. Al superarse se evitarían una serie de problemas sanitarios que redundaría en la disminución general de costos en servicios de salud. Desde el punto de vista sanitario, al tener una situación que evite el vertido de líquidos cloacales a cauces receptores naturales, se disminuirán las tasas de morbilidad y mortalidad infantil y las incidencias estadísticas de males relativos al estado sanitario de la población”.
Más abajo, el texto continúa: “Desde el enfoque urbanístico y del uso del suelo se permitirá el crecimiento del casco urbano hacia el sur de la ciudad, posibilitando la revalorización de tales áreas postergadas por encontrarse en zonas marginales y cercanas al cauce contaminado del Canal Las Animas. Para un medio urbano en que el uso turístico del suelo es de elevado interés, se posibilita el mejoramiento paisajístico de áreas próximas al balneario municipal”.
Luego del destaque que realizó el diputado, añadió: “Se sabe desde 23 años, y no se hizo nada. O lo que es peor, se prefirió encarar, de manera absurda e irracional, obras faraónicas e improvisadas que no figuran en ninguna plataforma y que sólo surgen de caprichos de funcionarios de turno”.
Para concluir, Artusi propuso: “Es hora de cambiar. Es hora de fijar prioridades de manera sensata. Es hora de terminar la obra inconclusa de la Defensa Sur, a la que habrá que denominar Mingo Martínez. Es hora de sanear y recuperar el Balneario Itapé, que puede convertirse en uno de los mejores balnearios de la costa del Uruguay si nos lo proponemos. Basta de excusas”.