El equipo que dirige Alex Ferguson sorprendió en el arranque con mucha presión sobre el campo rival y los de Josep Guardiola no podían encontrar la pelota. Las dos salidas apresuradas de Víctor Valdés para rechazar con los pies dejaban a las claras el desconcierto de los catalanes.

Sin embargo, una vez que pudo acomodarse en el terreno, el club español marcó una clara superioridad en el juego. En la primera llegada de riesgo lo perdió Pedro y luego avisó dos veces David Villa: en la primera su remate salió muy cerca y en la otra se interpuso Edwin Van der Sar.

A los 26 minutos, y casi que por decantación, llegó el gol de Barcelona. La jugada nació en los pies de Xavi, uno de los que maneja los hilos de este equipo que parece funcionar casi de memoria, y su pase preciso le quedó a Pedro para que pudiera tomarse revancha y definiera suave al primer palo.

Con la ventaja en el marcador, la diferencia en el juego se hizo aún más notoria. Para sorpresa de todos, cuando el reloj marcaba 33’ de aquella etapa inicial, Manchester United lo empató: gran arranque de Wayne Rooney, pared perfecta con Ryan Giggs y definición estupenda del delantero.

Lo que quedó del primer tiempo fue todo catalán. Con un Messi inspirado, que tuvo varios arranques de esos en los que parece que va a terminar con la pelota dentro del arco, el conjunto español mereció la diferencia y casi la consigue con una combinación entre la Pulga Messi y David Villa.

Si en la otra mitad hubo una clara superioridad de Barcelona, en el complemento fue una verdadera clase de fútbol. Con Xavi y Andrés Iniesta asociados al mejor jugador del mundo, el equipo español tuvo casi la totalidad de la posesión de la pelota y dejó en ridículo al rival.

Cuando se jugaban ocho minutos, y después de que Van der Sar le tapara un mano a mano a Dani Alvez, llegó el segundo tanto. El autor fue Messi, con un latigazo de zurda que entró casi por el medio del arco y con algo de complicidad de un arquero que pudo haber hecho algo más.

La reacción de los dirigidos por Ferguson jamás llegó y fue todo un monólogo del campeón español. Hubo dos situaciones más de Messi -casi convierte de taco en una de ellas- y dos bombazos desde lejos de Iniesta y Xavi que exigieron a un guardametas que allí respondió bien.

La frutilla del postre la puso David Villa, a los 23 minutos, con un verdadero golazo. El ex delantero de Valencia tomó el balón en la medialuna del área, después de que su equipo presionara casi en el arco rival, se frenó y la colgó del ángulo superior izquierdo con un zurdazo impecable.

Con la victoria, Barcelona cosechó su cuarto título como rey de Europa (los anteriores fueron en 1992, 2006 y 2009). El último había sido en Roma y justamente frente a Manchester United, que hasta el momento tiene tres estrellas como el mejor del Viejo Continente (1968, 1999 y 2008).