Argentina se ilusionó con un golpe histórico en el boxeo mundial, pero, una vez más, los nuestros terminaron derrotados, en la lona. Lucas Matthysse no fue una Máquina, como lo apodan, y no estuvo a la altura de una leyenda como Manny Pacquiao, el senador de 39 años que lo venció por nocaut técnico en el séptimo round y le arrebató el título welter AMB en Kuala Lumpur.
No hubo pelea; fue un claro dominio del filipino, que tiró tres veces al argentino. Es que Pacquiao tomó el centro del ring desde el vamos, controlando los tiempos y la pelea, sobre todo con el jab de derecha, midiendo, teniendo en cuenta que el filipino es zurdo, por su parte Matthysse lució atado.
Entonces Manny, sin deslumbrar, fue sumando y hasta lo tiró al argentino en el tercero, con una combinación y derecha que impactó justo en la cara. La segunda caída llegó en el quinto, justo cuando el boxeador argentino empezaba a levantar.
Cada golpe levantó a la gente en el Axiata Arena de Kuala Lumpur. Pacquiao se fue agrandando con cada acción, el publico lo apoyó y Matthysse, casi en una regla de tres simple, fue desapareciendo. Ni una mano hasta la mitad del argentino. Y llegó la tercera caída, la definitiva. Nocaut técnico y chau cinturón Welter de la AMB.
Pacquiao (60 victorias -39 por KO-, 7 derrotas y 2 empates) había dicho que posiblemente se retiraba luego de este combate. Demostró que tiene tela para más. Matthysse (39 triunfos -36 por KO- y cinco perdidas) deberá analizar qué hizo en esta última pelea y cómo replantearse el futuro.