La práctica de Pumas estaba casi por finalizar, el plantel estaba dedicado a practicar remates a gol y en uno de esos disparos vino un susto: el paranaense Bruno Marioni golpeó el balón con la punta y de inmediato se quejó por el dolor, pero todo quedó en un susto nada más, ya que el goleador de Los Pumas de la UNAM se retiró por sus propios medios del campo de entrenamiento.
El atacante quien ha marcado dos de los tres goles que llevan Los Pumas de la UNAM en el arranque del torneo Apertura 2005 buscaba rematar un centro de Israel Castro desde la banda derecha y en un principio se pensó que hubiese pegado en el pasto. Pero lo que sucedió es que no hizo buen contacto con el balón al buscar acomodar su remate en la portería y luego vino la queja.
Empezó a caminar con dificultad, mientras que el doctor Roberto Rodríguez corrió a su encuentro para preguntarle que tenía, mientras Barullo - como lo apodan en México- hablaba en voz alta con tono de molestia mientras caminaba hacia el medio campo.
Luego de una pequeña charla entre jugador y médico, el primero llegó a sentarse en la orilla del campo donde abrazó y besó a su pequeña hija en un gesto donde desapareció la mueca de dolor. Pocos minutos después el jugador se encaminó a los vestidores con su hija de la mano y con el doctor detrás suyo, para revisarlo y al final todo quedó en un susto.
Rodríguez explicó "no hay problema Bruno golpeó mal, le pegó a la pelota con la punta del pie y tuvo un dolor pequeño en el tobillo, le estaba poniendo hielo, no hay mayor problema". Y acto seguido aseguró que podrá jugar este sábado ante Encasa, comentó Fox Sports.