El funcionario aclaró además que, conforme a las obligaciones existentes, la comuna ha dejado de utilizar productos fosforados, que no están recomendados desde el año pasado. “Esos (los fosforados) tenían un efecto más letal, pero los que utilizamos ahora son los que se han autorizado por el Ministerio de Salud. Esto está bien que así sea, porque tampoco podemos avanzar con determinados productos y perjudicar tal vez la salud de la población y otros elementos que conforman el ecosistema”, agregó.
La fumigación terrestre contra el mosquito se hace en distintos sectores de la ciudad, según cronograma establecido desde Medio Ambiente. Una es con la máquina ULV, equipo que se coloca arriba de una camioneta, y las otras se concretan con mochilas portadas por operarios.
“El cronograma es sistemático. El tema es que vos tal vez fumigás hoy que es un día estupendo y si mañana llueve el efecto disminuye sensiblemente. Por otro lado, las inundaciones traen aparejado que haya más mosquitos, algo que cuando estuvo la sequía no ocurrió”, señaló el funcionario, quien dio cuenta del inicio de este tipo de tareas a partir de agosto, incluso un mes antes de lo habitual en virtud de la prevención del dengue.
“Suponemos que la actividad se va a intensificar debido a los pronósticos de crecida del río Paraná para mediados o fines de enero, incluso por las lluvias previstas en Brasil”, completó.
Nuevas herramientas
Goñi confirmó que desde hace dos semanas, la comuna utiliza en la campaña los dos nuevos aparatos adquiridos recientemente: dos termonebulizadores que amplifican la capacidad operativa del área en los trabajos terrestres de este tipo.
Con esta tecnología, el insecticida no se mezcla con agua sino con gasoil, y esto permite observar la zona de caída efectiva de la fumigación -la relación de uso es de entre 5 a 10 litros por hectárea-.
“Tenemos un importante stock de productos, tanto de larvicidas como insecticidas, de modo que estamos cubiertos para todo el verano. Estamos en condiciones técnicas y operativas de trabajar de acuerdo a los requerimientos”, opinó Goñi, remarcando que “el efecto de la fumigación es inmediata, pero el producto no es tan poderoso; se trata de un piretroide y al no ser fosforado no tiene el mismo poder de los que se utilizaban antes”.
Vale aclarar que el piretoride pertenece a un grupo de pesticidas artificiales desarrollados para controlar preponderantemente las poblaciones de insectos plaga.
El elemento usado es el Depe, un poderoso insecticida con alta capacidad, no irritante, seguro para las personas y desarrollado especialmente para aplicaciones ULV. De bajo olor y rápida acción sobre diversos insectos, se le suma su acción de desalojo.
Posee en su formulación, coadyuvantes que potencian la actividad insecticida y antivaporantes que garantizan el éxito del tratamiento.
Actúa sobre insectos voladores (mosquitos, moscas, tábanos, avispas, polillas) y rastreros (cucarachas, hormigas, pulgas) y puede aplicarse en interiores en todo tipo de edificios como: casas, escuelas, hospitales, restaurantes, industrias alimenticias, instalaciones deportivas, granjas, tambos, depósitos y en exteriores en countries, jardines, parques, paseos y balnearios, publicó El Once.