“Hay manipulación política e intereses espurios, pero la necesidad es real. La gente que está en asentamientos, villas o barrios carenciados, es gente que necesita, y algunos son hasta abusados en esa necesidad”, dilucidó Monseñor Lozano en referencia a los okupas de Buenos Aires, y luego de que trascendiera el rumor de que familias llegarían a usurpar el predio del frigorífico de Gualeguaychú.

Consultado sobre la tardía decisión de la clase política, que necesitó de al menos tres muertes para abocarse a buscar una salida a la problemática, el Obispo entendió que “hubo una puja entre el gobierno de la Nación y el gobierno de Buenos Aires que no ayudó”. “Estimo que se les ha ido de las manos, que nadie preveía que iba a haber víctimas fatales”, expresó en declaraciones al programa Fuera de Juego (Canal 4 – Gualeguaychú)

En ese orden fundamentó: “Hay una dificultad que venimos arrastrando hace tiempo, y es que nos cuesta encontrar instancias de diálogo a nivel institucional. Nos falta una cultura del diálogo. Los conflictos debieran canalizarse a través de las instituciones, que nos garantizan una convivencia en paz y una resolución a través del diálogo, pero en cambio hay una especie de dogma perverso de que dialogar es claudicar”.

Asentamientos en Gualeguaychú

Los asentamientos en Gualeguaychú existen hace no más de dos años, según reconocen las autoridades, y contienen alrededor de 100 familias que usurpan terrenos, en un 90 por ciento pertenecientes al Estado municipal. El más grande se ubica en Primero de Mayo y Bv. Montana, donde residen alrededor de 54 familias; pero también hay otras 24 familias asentadas en La Tablita, y entre 19 y 20 en España al sur.

Al respecto, la subdirectora de Desarrollo Social, Alicia Ferrer, reconoció que “no es fácil” trabajar ante la situación de familias que están en una condición irregular por usurpar un terreno, pero que a su vez necesitan del asistencialismo del Estado, y en ese sentido diferenció a los asentamientos de la zona con las ocupaciones que se dieron en los últimos días en Buenos Aires. “Acá no se trata de una decisión política de ocupar, sino de una necesidad mucho más concreta”, marcó, y aseguró que la Dirección de Viviendas está trabajando, aunque “son soluciones que no llegan de un día para el otro”.

También el párroco de la Catedral San José, Mauricio Landra, se refirió a ello y coincidió en que “la solución no está en un solo acto, sino en una serie de acontecimientos y de decisiones que deben tomarse en su conjunto”. Tras esto, señaló que “no es un buen método tomar un terreno ajeno para manifestar una protesta”, y advirtió que “si no se toman cartas en el asunto, con soluciones de fondo, se contagia la costumbre de apropiarse de algo ajeno”. En ese sentido, observó que “en estos últimos acontecimientos que repercuten a nivel nacional, también hay un manejo político”, e instó a “madurar a la hora de manifestarnos y a la hora de reclamar, exigiendo que maduren los que toman las decisiones”.

Por su parte, el concejal por el Nuevo Espacio (NE), Francisco Álvarez, lamentó que la problemática vuelva a ser tema de debate a raíz de lo sucedido en Villa Soldati. La cuestión habitacional “es uno de los déficit más importantes que tiene la política, un tema que no ha resulto la política en términos generales”, opinó, luego de describir al escenario como “una realidad doliente” y señalar que la actual gestión municipal de Juan José Bahillo evidenció una “demora en abocarse al tratamiento de esta temática”, lo que dio espacio a la conformación de asentamientos a los que Gualeguaychú “no estaba acostumbrado”:

La edil Haydee Venturino, del bloque del Peronismo Federal (PF), coincidió con Álvarez y fue más enfática. “Es una indigna realidad. Hay que actuar sobre esto. Tenemos que hablar, pero tenemos que actuar, impactar, golpear fuertemente con la política de viviendas para los distintos sectores sociales”, recalcó.